Granulomatosis Eosinofílica con Poliangeítis (GEPA): Información médica clara y confiable para pacientes y familias

Publicado el: 05/09/2025 Editado por: Luis Ángel Cortina Sánchez el 05/09/2025

La Granulomatosis Eosinofílica con Poliangeítis (GEPA), antes conocida como Síndrome de Churg-Strauss, es una Enfermedad Autoinmune poco frecuente que provoca inflamación de los vasos sanguíneos (Vasculitis).

 

Esta inflamación puede comprometer órganos vitales como los pulmones, la piel, el corazón, los nervios periféricos y el sistema digestivo, generando síntomas muy variados.

 

Aunque se trata de una Enfermedad Rara, hoy en día existen tratamientos eficaces que permiten controlar los brotes, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

 

 ¿Qué la causa?

La causa exacta de la GEPA aún no se conoce por completo, pero se sabe que es una enfermedad de origen autoinmune: el sistema inmune, en lugar de proteger, ataca los propios vasos sanguíneos.

 

En muchos casos se asocia a:

  • Antecedentes de Asma persistente
  • Rinitis Alérgica o Sinusitis Crónica
  • Predisposición genética y factores ambientales

 

Síntomas más frecuentes

La GEPA suele desarrollarse en varias fases y los síntomas pueden confundirse con otras enfermedades respiratorias o alérgicas. Entre los más comunes se encuentran:

  • Respiratorios: asma de difícil control, sinusitis crónica, rinitis alérgica
  • Generales: fatiga, fiebre, pérdida de peso sin causa aparente
  • Neurológicos: hormigueo, entumecimiento o pérdida de fuerza en manos y pies
  • Cutáneos: manchas o lesiones en la piel
  • Cardíacos y digestivos: dolor torácico, dificultad para respirar, molestias abdominales

 

Estadísticas mundiales y en Argentina

A nivel mundial, la GEPA afecta a 10–15 personas por cada millón de habitantes al año, lo que la convierte en una de las vasculitis más raras.

 

En Argentina, se estima que existen cientos de casos diagnosticados, aunque muchos permanecen sin identificar por la similitud de los síntomas con patologías comunes como el asma o la sinusitis.

 

Factores de riesgo

Algunos factores que aumentan la probabilidad de desarrollar la enfermedad son:

  • Tener Asma de larga evolución
  • Presentar rinitis alérgica persistente
  • Predisposición genética
  • Edad entre los 30 y 60 años, donde suele diagnosticarse con mayor frecuencia

 

Impacto en la vida diaria

Vivir con GEPA puede ser un desafío tanto físico como emocional:

  • Limitación respiratoria que dificulta actividades cotidianas.
  • Dolor Crónico y Fatiga que afectan la movilidad y energía.
  • Ansiedad e incertidumbre frente a posibles recaídas.
  • Necesidad de controles médicos frecuentes y tratamientos prolongados.

 

Señales de alarma

Consultar a un especialista es fundamental si un paciente con asma o rinitis crónica comienza a presentar:

  • Pérdida de peso inexplicable
  • Lesiones en piel
  • Entumecimiento u hormigueo en extremidades
  • Dolores torácicos o dificultad respiratoria
  • Síntomas que no mejoran con los tratamientos habituales

 

Complicaciones posibles

Cuando no se diagnostica ni trata a tiempo, la GEPA puede provocar:

  • Daño cardíaco y pulmonar
  • Alteraciones neurológicas permanentes
  • Insuficiencia renal
  • Riesgo vital en casos avanzados

 

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico combina diferentes estudios:

  • Análisis de sangre: recuento de eosinófilos elevados y anticuerpos ANCA
  • Imágenes: radiografías o tomografías para evaluar pulmones y senos paranasales
  • Biopsias: confirman la inflamación característica en vasos y tejidos afectados

 

Consejos útiles para pacientes

Con diagnóstico y seguimiento adecuados, es posible llevar una vida plena:

  • Cumplir estrictamente con el tratamiento indicado
  • Realizar controles médicos periódicos
  • Mantener un estilo de vida saludable: alimentación balanceada, actividad física adaptada y buen descanso
  • Evitar factores desencadenantes de crisis asmáticas (humo, polvo, alérgenos)
  • Contar con apoyo psicológico o grupos de pacientes para afrontar mejor el impacto emocional

 

Avances en tratamientos

Los tratamientos actuales han mejorado el pronóstico de la GEPA:

  • Corticosteroides para reducir la inflamación
  • Inmunosupresores (ciclofosfamida, azatioprina, metotrexato)
  • Terapias biológicas innovadoras como mepolizumab o rituximab, que ofrecen mayor eficacia y menos efectos adversos en determinados casos
  • Seguimiento personalizado para prevenir recaídas y proteger los órganos comprometidos

 

Especialistas que la tratan

El abordaje de la GEPA requiere un equipo multidisciplinario compuesto por:

 

Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia en la evolución de la GEPA. Si tenés Asma de difícil control u otros síntomas compatibles, solicitá un turno con nuestros especialistas en Enfermedades Autoinmunes y Respiratorias.

Reumatología en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA)

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