La Fiebre Tifoidea es una enfermedad infecciosa grave, pero prevenible, que continúa representando un problema de salud pública en varios países, incluidos algunos sectores de Argentina.
Aunque se asocia comúnmente con zonas con saneamiento deficiente, los viajes internacionales y la manipulación insegura de alimentos también pueden ser factores de riesgo.
Recientemente, en la Argentina se reveló un brote de esta enfermedad en la provincia de Buenos Aires, donde hay 10 casos confirmados en Ciudadela, tres personas bajo sospecha, e investigan la muerte de una mujer. Si bien Argentina no es considerada una zona endémica de Fiebre Tifoidea, los brotes pueden ocurrir en contextos de emergencia sanitaria o en regiones con servicios de agua potable deficientes.
¿Qué es la Fiebre Tifoidea?
La Fiebre Tifoidea es una enfermedad sistémica causada por la bacteria Salmonella Enterica serotipo Typhi. Esta bacteria afecta principalmente al sistema digestivo, pero también puede comprometer otros órganos si no se trata a tiempo.
Esta enfermedad afecta principalmente a niños, viajeros, personas con acceso limitado a agua potable. A diferencia de otras infecciones por Salmonella, que suelen causar Gastroenteritis leve, la Fiebre Tifoidea puede volverse una condición potencialmente mortal si no se recibe tratamiento adecuado.
¿Cómo se contagia la Fiebre Tifoidea?
La Fiebre Tifoidea se transmite principalmente a través de la ingestión de alimentos o agua contaminados con heces humanas que contienen la bacteria. Esta vía de contagio se conoce como transmisión fecal-oral.
Las principales formas de contagio son:
- Agua contaminada: en regiones donde no hay acceso a agua potable segura
- Alimentos mal manipulados: alimentos crudos o cocidos contaminados por manos sucias
- Higiene deficiente: lavado inadecuado de manos después de ir al baño
- Contactos cercanos: personas que conviven con un portador crónico (alguien que, aun sin síntomas, elimina la bacteria en sus heces)
¿Cuáles son los síntomas de la Fiebre Tifoidea?
La Fiebre Tifoidea tiene un período de incubación de entre 6 y 30 días. Los síntomas suelen aparecer de forma gradual y pueden confundirse con otras enfermedades infecciosas.
Los síntomas más comunes incluyen:
- Fiebre alta persistente de hasta 39–40 °C
- Dolor Abdominal tipo cólico o generalizado
- Malestar general, que incluye cansancio, debilidad y falta de apetito
- Dolor de cabeza intenso y persistente
- Trastornos digestivos, como Diarrea o Estreñimiento (dependiendo del paciente)
- Erupción cutánea, con pequeñas manchas rosadas en el tronco (en algunos casos)
- Hepatoesplenomegalia, que consiste en el aumento del tamaño del hígado y el bazo
La evolución de los síntomas consiste en:
- Semana 1: fiebre progresiva, síntomas generales leves
- Semana 2: fiebre continua, debilidad marcada, dolor abdominal
- Semana 3: riesgo de complicaciones como perforación intestinal o hemorragias digestivas
- Semana 4: en pacientes tratados, la fiebre disminuye progresivamente; si no se trata, puede haber recaídas o cronificación
Diagnóstico de la Fiebre Tifoidea
El diagnóstico se realiza combinando la evaluación clínica con pruebas de laboratorio. Dado que los síntomas pueden confundirse con otras infecciones, el diagnóstico temprano es crucial.
Las pruebas más utilizadas son:
- Hemocultivo: detección de la bacteria en sangre (más efectivo en etapas iniciales)
- Coprocultivo: identificación de Salmonella Typhi en las heces
- Mielocultivo: aspiración de médula ósea (mayor sensibilidad en casos avanzados)
- Pruebas serológicas: Widal (menos confiable, usada en regiones con pocos recursos)
Un diagnóstico correcto y temprano permite iniciar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones graves.
Tratamiento de la Fiebre Tifoidea
La Fiebre Tifoidea se trata con antibióticos específicos que eliminan la bacteria del organismo. El tratamiento también incluye cuidados generales para controlar los síntomas y evitar la deshidratación. Los antibióticos recomendados son:
- Ciprofloxacina o Azitromicina: en infecciones no complicadas
- Ceftriaxona intravenosa: en casos graves o con complicaciones
- Duración del tratamiento: entre 7 y 14 días, dependiendo de la evolución clínica
Es importante completar el tratamiento, incluso si los síntomas desaparecen antes, para evitar recaídas o desarrollar resistencia bacteriana.
Complicaciones de la Fiebre Tifoidea
Si no se trata a tiempo, la Fiebre Tifoidea puede provocar complicaciones potencialmente mortales, especialmente en niños, personas inmunosuprimidas o en contextos con acceso limitado a atención médica.
Algunas de las complicaciones más frecuentes incluyen:
- Perforación intestinal
- Hemorragias digestivas
- Miocarditis (inflamación del corazón)
- Encefalopatía (alteración del estado mental)
- Infecciones sistémicas (Sepsis)
La tasa de mortalidad en casos complicados puede llegar al 10–15%, pero con tratamiento adecuado disminuye a menos del 1%.
¿Cómo se puede prevenir la Fiebre Tifoidea?
La prevención de la Fiebre Tifoidea se basa principalmente en medidas de higiene, acceso a agua potable segura y, en algunos casos, vacunación.
Medidas de prevención generales
- Lavado de manos frecuente: especialmente antes de comer y después de ir al baño
- Consumo de agua potable: usar agua embotellada o hervida en zonas de riesgo
- Evitar alimentos crudos: en especial frutas y verduras sin desinfectar
- Buena higiene en la cocina: utensilios limpios y separación entre alimentos crudos y cocidos
Vacunas disponibles
En Argentina, la vacuna contra la Fiebre Tifoidea no está incluida en el calendario obligatorio, pero se recomienda en casos particulares:
- Viajeros a zonas endémicas
- Personal de salud
- Personas que trabajan en saneamiento o manipulación de alimentos
- Brotes locales
Los tipos de vacunas son:
- Vacuna oral (viva atenuada): dosis múltiple, protección por 5 años
- Vacuna inyectable (polisacárida): dosis única, protección por 2–3 años
Consultá con un médico Infectólogo o en un centro de vacunación internacional para saber cuál es la mejor opción en tu caso.
Fiebre Tifoidea en niños
Los niños, especialmente menores de 5 años, son más vulnerables a la Fiebre Tifoidea. En ellos, los síntomas pueden ser menos específicos y progresar rápidamente. La vacunación y la educación sobre higiene son claves para prevenir infecciones en este grupo.
¿Qué hacer si sospechás que tenés Fiebre Tifoidea?
Ante síntomas persistentes como fiebre alta, malestar general, dolor abdominal y antecedentes de exposición (viajes o consumo de alimentos dudosos), es fundamental:
- Consultar de inmediato a un médico
- Evitar la automedicación
- Hidratarte adecuadamente
- Evitar contagiar a otros: no preparar alimentos ni compartir utensilios si estás enfermo
Un tratamiento temprano puede evitar complicaciones graves y reducir el riesgo de transmisión a otras personas.
La Fiebre Tifoidea es una enfermedad infecciosa prevenible y tratable, pero que puede tener consecuencias graves si no se atiende a tiempo. En Argentina, aunque no es frecuente, ha despertado un gran interés tras el último brote confirmado en la provincia de Buenos Aires.
La clave para su control está en la prevención mediante la higiene, el acceso a agua potable segura, la vacunación en grupos de riesgo y una atención médica oportuna. Ante cualquier síntoma compatible, no dudes en consultar a un especialista en Infectología.