

El tratamiento para la obesidad
La obesidad constituye un importante problema de salud pública. Es una enfermedad crónica caracterizada por un acúmulo excesivo de grasa corporal, que predispone a enfermedades tan importantes como la...
Tanto la Obesidad como el Sobrepeso están definidos como un exceso de acumulación de grasa en el cuerpo. En este caso, cabe destacar que esta acumulación de grasa corporal no representa únicamente un problema de tipo estético, sino que se trata de un problema que tiene influencia directa con otras patologías, aumentando el riesgo de padecer distintas enfermedades y problemas de salud, como podrían ser las Enfermedades Arteriales y Cardíacas, así como la Diabetes.
La Obesidad se puede catalogar como una enfermedad de tipo crónica. Se puede saber si una persona es obesa a través del Índice de Masa Corporal (IMC). Este calcula el peso de una persona entre la talla.
Generalmente, la Obesidad surge tras una combinación de varias causas y factores, como la genética, el estilo de vida, el nivel de actividad física, la dieta, algunos medicamentos, la edad, el Embarazo.
No obstante, pese a que se cumplan uno o varios factores de riesgo, se pueden contrarrestar mediante dieta, actividad física, cambios de comportamiento.
Si una persona es obesa, es posible que tenga problemas de salud graves, tal como alguno de los siguientes:
En el caso de que la Obesidad siga avanzando, la calidad de vida puede disminuir, y existen diversos problemas psicológicos relacionados con la Obesidad, como los siguientes:
Una acumulación de un exceso de grasa bajo el diafragma y en la pared del tórax puede provocar un aumento de la presión en los pulmones, haciendo que el que lo padece sienta dificultades para respirar y ahogo, aunque el esfuerzo realizado sea mínimo.
Estas dificultades que aparecen en la respiración pueden interferir en el sueño, provocando que se produzcan paradas momentáneas en la respiración, es decir, Apnea del Sueño.
A su vez, el exceso de peso puede generar problemas en articulaciones y problemas ortopédicos, como dolor en la parte inferior de la espalda (Lumbalgia) y que se agraven problemas de Artrosis, especialmente en las rodillas, en las caderas y en los tobillos.
También son habituales los trastornos cutáneos, ya que las personas obesas tienen una superficie corporal que en relación a su peso es pequeña, y el calor no se puede eliminar el calor de manera eficiente, por lo que sudan más que las personas que no padecen Obesidad.
En la misma línea, es habitual la tumefacción de tobillos y pies por la acumulación de líquido (Edema).
Para identificar la Obesidad se debe realizar el IMC. En el caso de que este indique que el paciente se encuentra en nivel de obesidad, se efectuará una exploración física, y otras pruebas complementarias, como una elaboración de los antecedentes médicos del paciente, medir la circunferencia de la cintura, realizar un análisis de sangre y controlar otros problemas de salud conocidos.
Existen causas genéticas, causas hormonales y causas de comportamiento, pero normalmente la Obesidad se da cuando la persona ingiere más calorías de las que se queman con la actividad física. Estas calorías en exceso, acaban por acumularse en el cuerpo en forma de grasa.
Al margen de la inactividad que provoca la no quema de calorías, si el paciente tiene un estilo de vida sedentario es sencillo que se produzca esta sobre ingesta de calorías.
La dieta y los hábitos alimentarios son fundamentales en este punto, ya que en muchas ocasiones las dietas están formadas por comida rápida y/o comida de alto contenido calórico.
Se pueden tomar una serie de medidas para evitar la Obesidad, aunque todas ellas son similares a las de pérdida de peso. Las más habituales son:
La meta del tratamiento de la Obesidad es que el paciente consiga un peso saludable. Todos los programas para adelgazar precisan que el paciente realice cambios en sus hábitos de alimentación y que aumente la actividad física.
Cambios en la dieta: reducir las calorías y tener hábitos alimenticios saludables son básicos para superar la Obesidad. En este caso, deben evitarse las dietas drásticas y poco realistas como las dietas relámpago. La etapa de adelgazamiento integral durará al menos seis meses, y el de mantenimiento un año.
Ejercicio y actividad física: aumentar la actividad física es básico para tratar la Obesidad. La mayoría de personas que logran bajar de peso y mantener esta bajada durante al menos un año suelen hacer ejercicio regularmente, aunque solo sea caminar.
Cambios en el comportamiento: un programa de modificación de comportamiento puede ayudar al paciente a realizar cambios en su estilo de vida para adelgazar y no recuperar el peso perdido.
En el caso de que estas medidas no funcionan, se puede optar por realizar una cirugía para bajar de peso, conocida también como Cirugía Bariátrica. En este caso, se produce una limitación de la cantidad de comida que se puede ingerir, disminuyendo la absorción de alimentos y calorías.
Esta cirugía se puede hacer si se han probado otros métodos y no han funcionado y si se cumple lo siguiente:
La Cirugía Bariátrica no garantiza una pérdida de todo el exceso de peso a largo plazo, sino que el éxito dependerá también del compromiso del paciente para efectuar cambios en su vida.
Algunas cirugías frecuentes son:
Existen diversos especialistas que trabajan conjuntamente en la Obesidad. El Cirujano General, el especialista en Medicina Interna, el especialista en Aparato Digestivo, el Endocrinólogo, el Nutricionista.