Las técnicas de imagen cardíaca permiten diagnósticos más certeros
La imagen cardíaca no invasiva abarca todas las técnicas de imagen mediante ultrasonidos (ecocardiografía), radiológicas (TAC cardíaco, coronario y vascular, resonancia magnética cardíaca y vascular) y test de medicina nuclear con empleo de isótopos radioactivos.
Estas pruebas se utilizan en todas las enfermedades cardíacas, sobre todo en pacientes con angina de pecho o infarto de miocardio e incluso operados de corazón, pacientes con enfermedades de las válvulas cardíacas, pacientes que nacen con enfermedades cardíacas (cardiopatías congénitas), pacientes con enfermedades propias del músculo cardíaco (miocardiopatías), pacientes trasplantados y también en los pacientes con enfermedad de la membrana que envuelve el corazón (pericardio). En mayor o menor medida se utilizan también en los pacientes con arritmias cardíacas, pacientes con insuficiencia cardíaca o con tumores cardíacos.
El desarrollo de estas técnicas ha sido tan amplio que hay cardiólogos expertos en imagen cardíaca, subespecializados, en ecocardiografía 3D, en ecocardiografía de apoyo a procedimientos intervencionistas por cateterismo, resonancia magnética cardíaca y TAC coronario.
¿Qué enfermedades puede detectar la imagen cardíaca no invasiva?
Estas pruebas de imagen pueden confirmar la presencia de enfermedad. Por ejemplo, un ecocardiograma doppler puede detectar la miocardiopatía hipertrófica, la enfermedad genética cardíaca más frecuente que es la causa principal de muerte súbita en menores de 35 años. Con un ecocardiograma se pueden detectar problemas en las válvulas del corazón o en la aorta que necesiten un seguimiento, ya que pueden conllevar futuros problemas cardíacos que precisen intervención. El TAC coronario ayuda a descartar si hay placas de colesterol en las arterias coronarias y si son importantes o no. Por último, la resonancia magnética puede ayudar en el diagnóstico de la causa de un corazón dilatado.
Beneficios de la imagen cardíaca no invasiva para el paciente
Estas pruebas bien indicadas presentan un gran beneficio para el paciente. Por ejemplo, un TAC coronario normal en un paciente con dolor en el pecho nos ayuda a evitar una prueba mucho más agresiva como un cateterismo.
Por otra parte, un ecocardiograma puede ayudarnos a ver si una operación de válvula cardíaca ha ido bien en el mismo quirófano, así como puede descartar en un familiar con enfermedad de la válvula aórtica si posee la misma malformación congénita. Esta prueba generalmente ayuda a descartar la enfermedad cardíaca y en casos dudosos a decidir si hacer otros test más agresivos o decidir el mejor momento para intervenir a un paciente.
La resonancia magnética permite una caracterización del tejido cardíaco que nos ayuda a saber la causa de la enfermedad del músculo, a caracterizar tumores o masas cardíacas, al análisis de los vasos, y lo mejor de todo es que no emplea radiación.
Así, las pruebas de imagen cardíacas siempre son un apoyo a la historia clínica y exploración física, y por supuesto al electrocardiograma, analíticas y radiografías simples.
Últimos avances en el diagnóstico cardíaco por imagen
El diagnóstico por imagen ha pasado de basarse en la radiografía de tórax a un amplio abanico de técnicas, inicialmente la ecocardiografía y posteriormente los test de medicina nuclear cardíaca, el TAC coronario y la resonancia magnética coronaria, que han mejorado sustancialmente la capacidad diagnóstica y la precisión permitiendo diagnósticos más certeros, precoces y adelantarnos a la historia natural de la enfermedad.
En el futuro, el progreso y la evolución nos llevarán a técnicas de imagen molecular que permitan conocer el mecanismo de origen y de producción de la enfermedad y ayudar a un mejor tratamiento y sobre todo a la prevención.
En los últimos años hemos asistido a un gran avance en cuanto al tratamiento de la enfermedad cardiovascular, tanto de forma quirúrgica con el empleo de válvulas protésicas más duraderas y fiables, con menos complicaciones, cirugía sin parar el corazón, perfeccionamiento en la reparación de válvulas, también dispositivos de asistencia cardíaca, como con procedimientos percutáneos (sin cirugía abierta) como el implante de válvulas cardíacas, el implante de stents coronarios con menos complicaciones, cierre de orificios cardíacos, así como desfibriladores y marcapasos con software y programaciones automáticas cada vez más completas.