La Granulomatosis con Poliangeítis (GPA), anteriormente llamada Granulomatosis de Wegener, es una Enfermedad Autoinmune poco frecuente que produce inflamación de los vasos sanguíneos (Vasculitis).
Esta inflamación reduce el flujo de sangre y puede dañar órganos vitales como los pulmones, riñones y vías respiratorias superiores. También puede comprometer ojos, articulaciones y piel, generando un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen.
Un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son esenciales para evitar complicaciones graves y mejorar el pronóstico.
¿Qué la causa?
La Granulomatosis con Poliangeítis (GPA) es una enfermedad del sistema inmune en la que el cuerpo ataca por error sus propios vasos sanguíneos.
Aunque la causa exacta se desconoce, se cree que existe una combinación de factores genéticos, ambientales e inmunológicos que desencadenan la inflamación.
Síntomas frecuentes
La Granulomatosis con Poliangeítis (GPA) puede afectar distintos órganos, por lo que sus síntomas varían:
- Generales: fiebre, fatiga, pérdida de peso, sudoración nocturna, dolores musculares o articulares
- Respiratorios superiores: congestión nasal persistente, sinusitis crónica, sangrados nasales, úlceras en la nariz, dolor de oído
- Pulmonares: tos seca o con sangre, dificultad para respirar, dolor torácico
- Renales: sangre en la orina, alteraciones en la función renal
- Oculares: enrojecimiento, dolor ocular, visión borrosa o pérdida visual progresiva
Estadísticas mundiales y en Argentina
A nivel mundial, la GPA afecta a 1 de cada 25.000 a 40.000 personas, con una incidencia de 10 a 20 casos por millón de habitantes al año.
En Argentina, se diagnostican cientos de casos cada año, aunque muchas veces el diagnóstico se retrasa porque los síntomas se confunden con otras enfermedades comunes.
Factores de riesgo
Aunque puede afectar a cualquier persona, los factores de riesgo más frecuentes son:
- Edad: suele diagnosticarse entre los 40 y 60 años
- Predisposición genética
- Mayor frecuencia en personas de origen caucásico
- Antecedentes de otras Enfermedades Autoinmunes
Impacto físico y emocional en la vida diaria
Vivir con GPA implica un gran desafío:
- Fatiga Crónica y limitación en actividades cotidianas
- Necesidad de tratamientos prolongados e inmunosupresores
- Riesgo de recaídas que generan incertidumbre y Ansiedad
- Impacto en la vida social y laboral por las consultas médicas frecuentes
Señales de alarma
Consultar a un especialista es fundamental si aparecen:
- Síntomas respiratorios crónicos que no mejoran
- Sinusitis recurrente con sangrados nasales
- Tos persistente con sangre
- Alteraciones urinarias (sangre en la orina)
- Fatiga persistente acompañada de pérdida de peso
Complicaciones si no se trata a tiempo
La GPA no diagnosticada o sin tratamiento puede provocar:
- Daño irreversible en riñones y pulmones
- Pérdida progresiva de la función renal
- Compromiso ocular con riesgo de ceguera
- Mayor vulnerabilidad a infecciones debido al uso de inmunosupresores
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico suele requerir una evaluación multidisciplinaria que incluye:
- Análisis de sangre: anticuerpos ANCA, presentes en la mayoría de los pacientes
- Estudios por imágenes: radiografías y tomografías para detectar lesiones pulmonares
- Biopsia de tejido afectado: confirma el daño inflamatorio característico
Consejos útiles para pacientes
Vivir con GPA es posible con hábitos de cuidado adecuados:
- Cumplir de forma estricta con el tratamiento y controles médicos
- Mantener una alimentación balanceada y ejercicio adaptado
- Dormir bien y evitar el Estrés
- Prevenir infecciones evitando espacios cerrados y personas enfermas
- Realizar controles regulares de función renal y pulmonar
- Buscar apoyo psicológico o grupos de pacientes
Avances en tratamientos
En los últimos años, los tratamientos han mejorado notablemente:
- Corticosteroides para reducir la inflamación
- Inmunosupresores como ciclofosfamida, metotrexato o azatioprina
- Rituximab, terapia dirigida con excelentes resultados en muchos pacientes
- Plasmaféresis en casos graves
- Planes personalizados de seguimiento para prevenir recaídas y complicaciones
Especialistas que tratan la GPA
El manejo de la GPA requiere un equipo interdisciplinario compuesto por:
- Reumatólogos
- Neumonólogos
- Nefrólogos
- Otorrinolaringólogos
- Oftalmólogos
- Inmunólogos
Un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden cambiar de manera significativa la evolución de la GPA. Si presentás síntomas persistentes como sinusitis crónica, tos con sangre o alteraciones en la orina, solicitá un turno con nuestros especialistas en Reumatología y Neumonología.