En qué consiste la cirugía laparoscópica de colon y recto

En qué consiste la cirugía laparoscópica de colon y recto

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 04/05/2019

La cirugía laparoscópica o mínimamente invasiva comenzó a desarrollarse en la práctica habitual a principios de los años 90 del pasado siglo y en la actualidad está muy extendida en múltiples procesos, siendo el más habitual la extirpación de la vesícula biliar. La intervención requiere unas pequeñas incisiones (de 0,5 a 1cm) a través de las cuales se introducen en el abdomen instrumentos y una óptica conectada a una cámara de vídeo y a un monitor de alta resolución. A través de tales instrumentos los expertos en cirugía y coloproctología observan el interior del abdomen y llevan a cabo las mismas intervenciones pero de una forma menos agresiva. 

 

Peculiaridades de la laparoscopia de colon y recto

La laparoscopia de colon y recto es una cirugía compleja, ya que presenta las dificultades de tener que trabajar sobre un órgano largo y móvil y, además, tener que extraer una zona de importante tamaño. Esto se hace a través de una incisión pequeña y, en ocasiones, relativamente oculta (sobre el pubis, por ejemplo), o incluso, aunque menos frecuente, a través de orificios naturales, como la vagina o el propio ano. La técnica quirúrgica es similar a la realizada en la cirugía abierta clásica, si bien empleando instrumentos específicos y de mayor longitud, así como maniobras especiales, siempre con la filosofía de conseguir el máximo beneficio con la menor agresión

 

Operaciones y patologías abordables mediante laparoscopia

La práctica totalidad de la cirugía de colon y recto puede ser realizada por vía laparoscópica, si bien no está indicada en todos los casos concretos, habiendo contraindicaciones (pacientes con múltiples cicatrices abdominales, tumores muy avanzados, patología cardiovascular grave, etc.), que hacen que, en cada paciente, deba ser valorada su factibilidad. Además, ante dificultades o problemas una vez comenzada la intervención, siempre puede abrirse el abdomen de modo convencional. Por vía laparoscópica pueden efectuarse resecciones del colon derecho e izquierdo (Hemicolectomías), la extirpación completa del colon o colectomía total, resecciones rectales e incluso de todo el colon y recto (proctocolectomías). 

Las patologías en las que se puede efectuar la laparoscopia son, por orden de frecuencia, los tumores malignos y benignos, la enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn), y la enfermedad diverticular. Unas modalidades más recientes con indicaciones muy definidas son la cirugía transanal endoscópica (TEO, TEM, TAMIS), y la extirpación transanal del mesorrecto (TaTME). También pueden efectuarse estomas como colostomías o ileostomías, reparaciones de prolapso rectal y otras intervenciones que no requieren de la extirpación de ningún órgano. Aunque el empleo de estas técnicas es diferente según la experiencia de los cirujanos, un promedio del 50% de casos de cirugía de colon y recto en nuestro país se abordan por vía laparoscópica y, en muchos centros, en un porcentaje claramente mayor. 

 

¿La laparoscopia ofrece la misma seguridad que la cirugía convencional?

Dado que cuando se efectúa cirugía laparoscópica lo correcto es efectuar la misma operación que cuando se realiza por la vía convencional o laparotomía, la seguridad de la cirugía es idéntica si se cuenta con un cirujano experimentado. Ya se ha comentado que la selección de los pacientes es fundamental para obtener buenos resultados. Como en cualquier tipo de intervención, se puede asociar a riesgos concretos que le serán detallados por su cirujano.

 

Cuidados pre y postoperatorios específicos a la laparoscopia

Por lo general, no se requieren cuidados pre o posoperatorios concretos. Sin embargo, al ser mucho menores las molestias posoperatorias, dependen, fundamentalmente, del tamaño de la incisión abdominal, ya que la evolución es más confortable y el paciente puede recuperarse de forma rápida en ausencia de complicaciones. No hay que olvidar que la cirugía supone en sí una agresión o traumatismo y, si este es menor, se traducirá en menor pérdida de sangre, menor dolor postoperatorio y necesidad de analgésicos, cicatrices mínimas o invisibles y una más pronta recuperación. 

 

 

Coloproctología