¿Cuándo se considera incontinencia fecal?

¿Cuándo se considera incontinencia fecal?

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 04/03/2020

Una entrevista ayuda a determinar antecedentes y tiempo de evolución. Se complementa con una exploración física, en donde el especialista realizará un tacto rectal para conocer la fuerza que presenta el esfínter y la existencia o no de un prolapso


¿Qué es la incontinencia fecal?

La incontinencia intestinal o fecal es la incapacidad para controlar las evacuaciones intestinales, lo que lleva al escape involuntario de gases o deposiciones (heces). Abarca desde la pérdida ocasional de materia fecal cuando se expulsan gases, hasta un nulo control del esfínter anal. 


Se considera la segunda causa más frecuente de la institucionalización de personas mayores en estancias de cuidado, ya que entre mayor sea la edad del más paciente, es más probable el padecimiento de esta afección. A pesar de ello, es una de las enfermedades más estigmatizadas y menos evaluadas en una consulta general.  


¿Existen varios tipos?

Principalmente existen tres clases: incontinencia de urgencia, soiling y soiling después de evacuar. El primero se refiere a la pérdida involuntaria de heces a pesar de querer detener la defecación. El soiling, también nombrado ensuciamiento, es la filtración de material fecal de manera inconsciente. Por último, en ocasiones este mismo soiling puede darse consecuentemente de una defecación consciente (incontinencia de urgencia), suele llamarse también mixta.


¿Cómo se diagnostica?

Para una valoración adecuada se debe realizar un diario defecatorio. En este se le pide al paciente que haga anotaciones minuciosas acerca de sus movimientos intestinales. Describirá la frecuencia de las evacuaciones y el grado de incontinencia (heces sólidas, blandas o gases). Esto servirá como base para revelar lesiones de esfínter internas, externas o problemas estructurales anales o rectales.


Una entrevista ayuda a determinar antecedentes y tiempo de evolución. Se complementa con una exploración física, en donde el Especialista realizará un tacto rectal para conocer la fuerza que presenta el esfínter y la existencia o no de un prolapso. De igual manera, es indispensable la toma de estudios o exámenes.


¿Cuáles son sus causas?

Son diversos los factores que provocan este padecimiento; sin embargo, los más frecuentes son la presencia de diarrea o estreñimiento y el daño de nervios o músculos rectales y/o pélvicos (relacionados a la edad y al parto). A modo de desglose se encuentran:


·        Daño muscular.- Por lesiones en el esfínter anal, es decir, a los anillos musculares ubicados al final de recto. Este daño es frecuente en las mujeres, ya que durante el parto suelen realizarse incisiones (con cortes desde el orificio vaginal hasta el ano) o el uso de fórceps para facilitar el alumbramiento.

·        Daño nervioso.- Son afecciones sobre los nervios que perciben la presencia de heces en el recto o controlan el esfínter anal.

·        Diarrea.- Esta puede causar la poca retención de heces, debido a la consistencia blanda que presenta.  

·        Estreñimiento.- Este ocasiona la formación de una masa de heces impactadas en el recto, provocando que alrededor se dé una filtración de material fecal blando. 

·        Hemorroides.- Al hincharse las venas en el recto, evitan que el ano se cierre bien, lo que lleva a un escape de heces.

·        Cirugías anteriores.- La cirugía para tratar las venas en el recto o ano (hemorroides), así como las cirugías especializadas en tratar afectaciones en esta misma zona, generan daño muscular y nervioso que podrían dañar el proceso natural de defecación.

·        Prolapso rectal.- Cuando la mucosa del recto sufre un deslizamiento y sobresale del ano, puede ocasionar también el poco control del esfínter.


¿Cómo se trata este padecimiento?

Dependerá de la naturaleza de la afectación, pero podrían incluirse medidas relacionadas a la dieta alimenticia; uso de medicamentos antidiarreicos o dependiendo del caso, laxantes; ejercicios del piso pélvico y estimulación del nervio sacro, esto por medio de un aparato que estimulara los nervios y prevendrá la incontinencia.


Respecto a opciones quirúrgicas están las relacionadas a reparar daños de los músculos pélvicos o del esfínter anal como: corrección de prolapso o malformaciones anorrectales; trasplante de músculo en el esfínter; creación de un esfínter intestinal artificial o aplicación de inyecciones de gel para reforzar esta zona.


¿Cómo afecta a la salud mental?

A pesar de que la incontinencia fecal es frecuente, se habla muy poco de ella, debido al gran estigma social que conlleva. Puede significar una carga emocional insoportable para el paciente, así como serios problemas psicológicos, de comportamiento, económicos y sociales.


Es por ello que los afectados deben consultar a médicos especialistas para que puedan orientarlos y juntos encontrar el tratamiento más adecuado. Esto ayudara también a descartar problemas o enfermedades de otra índole.  

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