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Vivir sin dolor es posible

Vivir sin dolor es posible

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La redacción de Top Doctors
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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 09/04/2019

El dolor crónico ha pasado de ser un síntoma a una enfermedad de gran complejidad, pues no sólo afecta al bienestar físico del paciente, sino que a su vez interactúa de forma compleja con factores psicológicos y sociales. El paciente no sólo siente el dolor; la persona afectada, sufre, ve como su calidad de vida se altera de forma dramática y como sus actividades cotidianas, incluso las más sencillas, se ven perturbadas. A nivel social, también su entorno padece. En el dolor por cáncer esto se ve agravado por la preocupación que tiene el paciente por su enfermedad.

En las últimas décadas, hemos avanzado significativamente en nuestro entendimiento de los mecanismos básicos de dolor, y se han ampliado enormemente, tanto los tratamientos farmacológicos con nuevos analgésicos, así como las técnicas intervencionistas. Se han desarrollado nuevas tecnologías, como la radiofrecuencia, la estimulación medular o los sistemas implantables (mecánicos o electrónicos), que con la ayuda radiológica, se realizan de forma precisa y segura, aumentando el número de técnicas disponibles para poder controlar el dolor.

 

 

Tratamiento farmacológico

Desde nuestras primeras publicaciones, con los únicos derivados mórficos existentes hace 30 años, como la Solución Brompton o la morfina oral de liberación controlada, hemos pasado a disponer de un amplio abanico de opioides por todas las vías, como la transdérmica, la bucal y la nasal. Asimismo contamos con opioides de actuación casi inmediata para el dolor irruptivo y de sistemas implantables para la administración continua de opioides, solos o asociados a otros fármacos como los anestésicos locales o la clonidina por vía espinal.

Técnicas intervencionistas

Hay lo que llamamos técnicas intervencionistas, que se trata de punciones, dirigidas por imagen, para la infiltración de una medicación específica con el objeto de bloquear la terminación nerviosa causante del dolor. Son muy útiles cuando fracasa el tratamiento farmacológico, ejemplos de ello son el bloqueo del plexo celíaco en los tumores de páncreas; la vertebroplastia en las fracturas vertebrales metastásicas; los bloqueos nerviosos continuos en compresión de plexos o los sistemas implantables espinales, que permiten administrar dosis mucho más pequeñas de opioides directamente en el espacio espinal, con lo que se obtiene mayor analgesia con menos efectos secundarios.

Medicina del dolor