Escrito por: La redacción de Top Doctors
La esclerosis de varices es una técnica muy poco invasiva que consiste en la punción de las venas dilatadas de los miembros inferiores (varices o varículas si son pequeñas) e introducción de un producto irritante con alta permanencia en el interior de la vena (en forma de espuma) con el fin de trombosar esa vena y que acabe desapareciendo.
La cirugía tiene la ventaja de no precisar anestesia, incisiones ni puntos de cierre de ningún tipo por lo que es fácilmente realizable. La incorporación a las actividades normales es muy rápida. En ocasiones puede dejar pigmentaciones del coágulo que se forma en el interior de la vena y transmite su coloración a la piel, por lo que la indicación recomendada es para varices de pequeño y mediano tamaño así como, en algunos casos, las arañas vasculares.
Los riesgos son mínimos y tan solo pueden provocar necrosis de piel en aquellas sesiones que se produce un exceso del esclerosante o se utilizan esclerosantes muy potentes. En caso de hipersensibilidad al producto debe evitarse esta técnica.
Por lo general los resultados son muy rápidos o casi inmediatos, incluso se aprecian en el momento de realizar la técnica. En otras ocasiones esas mismas venas al volver a rellenarse de sangre y coagularse, sufren un pequeño proceso inflamatorio, una flebitis transitoria que precisa algunas semanas para su completa resolución.
Con frecuencia este tipo de varices de pequeño tamaño deben ser estudiadas ecográficamente para valorar si provienen de un problema de venas mayores que requiera otras técnicas para su resolución. De no ser así y cuando existen de forma muy dispersa y ramificada, el paciente tiene que ser consciente de que el número de sesiones puede ser alto y la solución puede no ser definitiva, requiriendo nuevas actuaciones en el futuro.