Traumatismo facial: cómo actuar cuando se produce

Traumatismo facial: cómo actuar cuando se produce

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 18/05/2019

El traumatismo facial se produce en forma de fractura cuando un impacto actúa sobre el hueso y este no puede absorberlo. Las causas más comunes son los accidentes de tráfico o las agresiones. Es muy importante saber cómo tratarlas para asegurar las funciones vitales y reparar la fractura.

El traumatismo facial es un daño que sufre el tejido óseo, el tejido blando, así como los órganos y cavidades faciales existentes, ante un impacto (fuerza, energía), absorbiéndola. El esqueleto facial es capaz de tolerar (absorber) dicha energía hasta cierto punto, según afirman los expertos en Cirugía Oral y Maxilofacial. Cuando esta energía supera la capacidad de absorción, se produce una consecuencia llamada fractura.

El impacto actúa sobre el hueso mediante compresión, tracción, aplastamiento y rotación. Además, los traumatismos faciales tienen un componente muscular muy importante en relación a la desviación de fragmentos.

Los traumatismos faciales suponen el 30% de los politraumatizados, con una prevalencia de 3/1 entre hombre y mujer.

Las causas más frecuentes de los traumatismos faciales son:
- Tráfico (60%)
- Agresiones (30%)
- Deportivos (5%)
- Laborales (3%)
- Otros (2%)

Arquitectura de los huesos faciales
La arquitectura facial se compone de:
1.    Estructuras resistentes que refuerzan el marco óseo, llamadas Arbotantes:
a)    Verticales / Pilares: Funcionan transmitiendo sus fuerzas hacia arriba, y sucumben ante impactos de dirección transversal u oblicua. Resisten bien los impactos verticales.

b)    Horizontales / Vigas: Son estructuras que protegen ante impactos anteroposteriores. Están situados a nivel del hueso frontal, a nivel de la zona órbitomalar y a nivel maxilar.

 2.    Estructuras frágiles. Son zonas de unión de los distintos huesos o de las distintas partes del hueso. Por ejemplo, la madíbula: cóndilo, ángulo, agujero mentoniano.


Al esqueleto facial también se le atribuyen unas estructuras llamadas Parachoques:
- A nivel anterior: hueso frontal, nasal y mentón
- A nivel lateral: complejo órbito-malar

 Por otra parte, si viéramos por unidades óseas los traumatismos faciales, veríamos que el hueso mandibular se dividiría en:
- Zona sinfisaria/ parasinfisaria (7)
- Cuerpo mandibular (6)
- Ángulo mandibular (4)
- Rama ascendente (3)
- Coronoides (1)
- Cóndilo (2)

El macizo facial lo comprende:
- Hueso frontal (1)
- Nasal (5)
- Orbitario (2)
- Cigomático-malar (3)
- Maxilar superior (4)

 

Síntomas de traumatismo facial 
Se sospechará de la existencia de fractura facial siempre que se haya producido un traumatismo o cuando se aprecien signos clínicos, tales como: deformidad ósea, asimetría facial, hundimiento, movilidad anormal,  hematoma, edema, inflamación, dolor a la palpación y/o a la movilidad o limitación funcional. 

Tratamiento del traumatismo facial 
El tratamiento consiste en tres procedimientos:
1.    Asegurar las Funciones Vitales:
- Permeabilidad vía aérea
- Control de la hemorragia
- Estabilización circulatoria
- Valoración neurológica y patologías asociadas
2.    Reparar los focos de fractura:
- Reducción del foco o focos de fractura, colocando los fragmentos óseos separados en posición anatómica correcta
- Inmovilización absoluta de la fractura: placa de osteosíntesis

3. Farmacología complementaria para evitar infecciones y para disminuir la inflamación y el dolor.

La recuperación vendrá dada por el tipo de lesión sufrida, en función de si es leve, moderada o grave. En general su evolución es favorable, siempre que se cumplan los requisitos apropiados. Hoy en día la recuperación es relativamente corta no habiendo complicaciones y/o secuelas, evitando largas estancias en el centro hospitalario.