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Tratamientos para combatir el cáncer de pulmón

Tratamientos para combatir el cáncer de pulmón

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La redacción de Top Doctors
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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 29/05/2019

El cáncer de pulmón causa un millón de muertes anualmente en todo el mundo. Sólo en España se diagnostican 20.000 casos nuevos cada año. Su relación con el tabaco es directa: los fuma­dores tienen un riesgo 20 veces mayor que las personas que no han fumado nunca.

En fases tempranas la enfermedad se encuen­tra confinada en el pulmón y la curación es posible, fundamentalmente mediante cirugía y en ocasio­nes mediante radioterapia. El problema es que en esta etapa la enfermedad no produce síntomas y no existe un programa oficial de detección precoz.

Recientemente se ha demostrado que la vigilan­cia mediante TC (tomografía computarizada) en fumadores detecta muchos casos incipientes y mejora significativamente la supervivencia. El cáncer de pulmón en no fumadores es in­frecuente pero su incidencia está aumentado, aunque sus causas no se conocen todavía.

El tratamiento

Cuando la enfermedad presenta metástasis las posibilidades de curación se reducen drástica­mente, pero es importante que cada caso sea evaluado de forma individual. En determinadas situaciones, como la existencia de metástasis única, pueden aplicarse estrategias de rescate.

El tratamiento del cáncer de pulmón con múl­tiples metástasis se realiza con medicamentos: desde quimioterapia administrada por vía ve­nosa hasta los nuevos fármacos dirigidos, que a menudo son orales. Los avances recientes en este campo han supuesto una revolución impul­sada por el conocimiento detallado de las altera­ciones genéticas que se producen en las células cancerosas. Así se identifican distintos subtipos de cáncer de pulmón y cada uno de ellos puede ser tratado con medicamentos dirigidos, mucho más eficaces y con menos efectos secundarios.

Si bien en muchas ocasiones estos nuevos medicamentos no son capaces todavía de curar la enfermedad extendida, sí pueden frenarla y reducirla por periodos prolongados de tiempo, en ocasiones durante años, con un mínimo im­pacto en la calidad de vida del paciente.