Todo lo que debe saber sobre la artritis

Todo lo que debe saber sobre la artritis

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 17/05/2019

La artritis es una enfermedad que implica el hinchazón de las articulaciones, generando dolor en la persona que la padece. En los casos en los que la inflamación es muy elevada, pueden aparecer otros síntomas como fiebre, pérdida de apetito o cansancio.

La manifestación de artritis crónica más común es la artritis reumatoide, siendo más frecuente en mujeres que en hombres. Además, conforme la edad es más avanzada, aumenta el número de personas afectadas, siendo más frecuente entre los cuarenta y los sesenta, además de en el medio urbano, a diferencia del rural.

 

La artritis reumatoide también puede producir síntomas fuera de la articulación,
aunque con menos frecuencia

 

Causas de la artritis reumatoide

 

Actualmente, no se conoce el origen de la artritis reumatoide, aunque está englobada en el grupo de artritis causadas de forma autoinmune: el sistema inmune del paciente ataca a las articulaciones, sobre todo, a la membrana sinovial (tejido que rodea la articulación).

Son muchos los factores que pueden influir en el nacimiento de la artritis: genéticos, hormonales, ambientales, etc.
 

  • Factores genéticos: si el factor es genético, puede favorecer que la enfermedad se transmita entre familiares, aunque no se asegura su herencia.
     
  • Factores hormonales pueden favorecer que la enfermedad sea más frecuente en mujeres
     
  • Factores ambientales. El tabaco es una de las causas más destacadas, ya que se ha demostrado que los fumadores tienen más riesgo de contraer artritis que los no fumadores. También, pueden tener algo que ver los factores infecciosos, pero aún no hay evidencias de que sean una causa directa.

 

Síntomas que produce la artritis reumatoide

 

Los síntomas principales son:
 

  • Dolor e inflamación de las articulaciones.
     
  • Rigidez o entumecimiento articular tras reposo prolongado, como por ejemplo, al levantarse de la cama por la mañana. Estos daños pueden disminuir la movilidad y la función de la articulación, provocando dificultades al paciente para poder moverse y hacer sus actividades cotidianas.
     

La artritis reumatoide también puede producir síntomas fuera de las articulaciones:
 

  • Cansancio.
     
  • Falta de apetito.
     
  • Pérdida de peso.
     
  • Fiebre.
     
  • Nódulos reumatoides: bultos debajo de la piel en áreas cercanas a las articulaciones. Además, la inflamación crónica puede afectar a otros órganos como el corazón, el pulmón o el riñón.

 

Diagnóstico de la artritis reumatoide

 

En primer lugar, el paciente debe acudir a consulta y se realizará una meticulosa historia clínica que describa los síntomas, además de una exploración física. También, se realizará una analítica completa al paciente y radiografías de las articulaciones afectadas. De esta forma, el especialista en Reumatología diagnosticará de forma correcta la enfermedad y se descartarán otras posibles patologías.

 

Tratamiento de la artritis reumatoide

Esta patología no es irreversible, pero en la actualidad existen muy buenos tratamientos contra ella. Hay cinco grupos de medicamentos con características y funciones diferentes que pueden ser muy efectivos en el tratamiento de la artritis:
 

  • Antiinflamatorios no esteroideos: alivian el hinchazón y el dolor de las articulaciones.
     
  • Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad: disminuyen los síntomas y frenan el crecimiento de la enfermedad.
     
  • Glucocorticoides: se emplean habitualmente al empezar el tratamiento, aunque muchos pacientes requieren de una dosis ligera con el fin de controlar los síntomas.
     
  • Fármacos biológicos: bloquean la acción de las sustancias que destruyen las articulaciones. El inconveniente es que requieren un elevado desembolso.
     
  • Grupo miscelánea: mejoran los síntomas que acompañan a los síntomas articulares.
     
Realizar el diagnóstico de forma precoz es importante para que el daño producido por la artritis no sea irreversible y que el paciente no pierda la funcionalidad.

 

Consejos para un paciente con artritis reumatoide

 

Los pacientes con artritis reumatoide deben intentar tener las mejores condiciones de salud que puedan.

Han de descansar mucho y mejor con el fin de reducir las fatigas de la enfermedad, y reposar las articulaciones inflamadas.

También deben hacer deporte para mejorar la limitación de los movimientos causados por la artritis. Los ejercicios acuáticos son una buena opción ya que la tensión que ejercen en las articulaciones es menor que el ejercicio que se practica en tierra, sobre todo cuando las articulaciones que aguantan el peso del cuerpo están dañadas.

En cuanto a la alimentación, deben seguir una dieta variada y equilibrada. Es importante el consumo de leche y derivados lácteos por su aporte de calcio.

El consumo de tabaco en personas con artritis reumatoide, además de incrementar el riesgo de dañar las arterias del cuerpo, favorece que la enfermedad sea más grave y difícil de tratar.

La actividad laboral debe adaptarse a las limitaciones que le condicione la enfermedad, por lo que es muy importante un buen asesoramiento sobre los derechos y las opciones para adaptar el puesto de trabajo a las necesidades particulares de cada paciente.

 

Embarazo y artritis reumatoide

 

La artritis reumatoide afecta frecuentemente a las mujeres en edad reproductiva, de forma que el embarazo se convierte en algo habitual en este tipo de pacientes. Con un cuidado médico y obstétrico adecuado, la mayoría de estas personas pueden tener un embarazo con éxito, lo que no significa que esté libre de posibles complicaciones, por lo que los posibles riesgos para la madre y para el feto deben ser discutidos previamente entre el médico y la paciente.

El mejor momento para que una mujer con artritis se quede embarazada es cuando la enfermedad se encuentre en un periodo de menor actividad. Se deberá adaptar la medicación en función del embarazo ya que hay algunas contraindicadas, y tener un control médico constante por lo que pudiera ocurrir.

Reumatología