Esta web necesita JavaScript para funcionar
Sordera por otosclerosis y cirugía del vértigo

Sordera por otosclerosis y cirugía del vértigo

Top Doctors
La redacción de Top Doctors
Top Doctors
Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 12/06/2019

Aunque existen muchas clases de vértigo, los más habituales son los causados por el oído y, en particular, la enfermedad de Ménière. Los síntomas son crisis de vértigo rotatorio, a veces con náuseas o vómitos. También acúfenos (ruidos de oído) y pérdida auditiva que suele ser fluctuante. Las crisis pueden ser muy violentas y totalmente invalidantes para el paciente.

El primer tratamiento deber ser médico, indicado por el especialista, pero hay muchos enfermos que no consiguen una mejoría suficiente por lo que hay que optar por otras actuaciones terapéuticas como la cirugía.

La inyección de medicamentos como gentamicina o cortisona en el oído pueden mejorar los síntomas en algunos casos, pero difícilmente consiguen una eliminación completa de los mareos, al igual que la intervención denominada “descompresión del saco endolinfático”. Pero existen dos tipos de cirugía con las cuales se consigue la eliminación del vértigo.

La primera es la “neurectomía vestibular” y se basa en la sección del nervio vestibular. Su efectividad es del 99% aunque existe un pequeño riesgo de pérdida auditiva. Se realiza en personas sanas y que no superen los 60-65 años de edad, con la audición afectada pero todavía útil.

Por otro lado, las personas de cualquier edad con vértigo invalidante y sordera importante pueden optar por la destrucción del laberinto (laberintectomía), aunque esto comporta la pérdida de audición en el oído enfermo.

Tras un periodo de inestabilidad (no vértigo) postoperatorio, el enfermo se va recuperando libre de sus crisis vertiginosas.

Existen miles de pacientes que han eliminado sus vértigos gracias a la cirugía.

 

La sordera por otosclerosis

Existen muchos tipos de sordera pero una de las más frecuentes es la producida por la otosclerosis, que provoca una sordera progresiva.

Consiste en una osificación del estribo, el huesecillo más pequeño del estribo. Tiene más incidencia en la edad adulta y es más frecuente en la mujer, acentuándose con el embarazo.

La evolución siempre es hacia el empeoramiento auditivo y no existen tratamientos médicos que sean efectivos exceptuando la cirugía.

Generalmente, la sordera va acompañada de acúfenos (ruidos de oído) y en alguna ocasión de inestabilidad que suele ser ligera.

La pérdida auditiva puede corregirse con un audífono, pero la progresión de la enfermedad hará necesario cambiarlo a medida que la audición empeora.

La solución ideal de la sordera por otosclerosis es la cirugía que en manos expertas tiene una efectividad cercana al 99%.

La operación se efectúa por microcirugía con la ayuda del láser. Puede realizarse con anestesia local y suele durar unos 15–20 minutos.

La técnica se denomina estapedectomía / estapedotomía, es decir la extirpación total o parcial del estribo y la sustitución por una prótesis (existen de varios tipos y materiales) generalmente con un injerto, que sustituye la anatomía y funcionalidad de la audición.

Aun siendo una intervención delicada, es al mismo tiempo muy poco traumática para el paciente, puesto que puede darse de alta a las pocas horas de la operación o con sólo una noche de hospitalización según la técnica empleada.

El Instituto García-Ibáñez tiene una de las mayores experiencias de Europa en esta cirugía.

Otorrinolaringología