Sordera infantil, importancia de la detección precoz
La sordera infantil tiene enorme importancia, ya que puede ser un impedimento en la adquisición del lenguaje y del desarrollo cognitivo.
Se detecta al poco de nacer gracias al screening auditivo universal, o más tarde, por sospecha de padres, educadores o pediatra.
Signos para sospechar que un niño puede no oír bien:
- Si a los 6 meses no emite ruidos ni balbuceos
- Si a los 12 meses no oye sonidos (timbre, teléfono) ni reconoce su nombre
- Si a los 15 meses no imita palabras simples
- Si a los 24 meses no dice unas 10 palabras
- Si a los 36 meses no dice frases de dos palabras
- Si a los 48 meses no dice frases sencillas
- Presente antecedentes de otitis o factores de riesgo asociados con sordera
La sordera puede ser de transmisiva (problema en oído externo o medio), o neurosensorial (oído interno o nervio auditivo). La más frecuente en niños es transmisiva, suele ser temporal y está ocasionada, generalmente, por otitis catarrales. La sordera neurosensorial es menos frecuente, es permanente, puede aparecer desde el nacimiento y ser hereditaria o por problemas en embarazo, parto o en la infancia.
La detección y tratamiento precoz de la sordera son esenciales para el pronóstico, sobre todo en casos de gran pérdida de audición. La ausencia de estímulo auditivo los primeros años de vida produce atrofia cerebral que alterará el desarrollo cognitivo y de lenguaje para siempre.
El tratamiento para la sordera transmisiva por otitis es médico. En casos en que no se resuelva, se indica cirugía con tubo de ventilación en el tímpano. Los niños con hipoacusia permanente neurosensorial, en cambio, necesitan prótesis auditivas y logopedia. Un porcentaje pequeño requiere implante coclear.
Hoy en día, con tratamiento precoz, incluso en casos de sordera profunda, se consigue un desarrollo casi total del lenguaje e integración escolar.