Escrito por: La redacción de Top Doctors
El cáncer de próstata es el más común en los hombres de Cataluña, afectando a 1 de cada 6, y el tercero más mortal, por detrás del cáncer de pulmón y el de colon y recto. A pesar de las estadísticas, los especialistas en Urología afirman que menos de 3 de cada 100 hombres mueren de esta enfermedad, ya que suele crecer muy lentamente.
La terapia focal en el cáncer de próstata se está mostrando como una fuente alternativa al tratamiento radical ya que podría preservar la función sexual y la continencia urinaria del paciente. Aun así, se necesitan estudios de validación a gran escala para poder ofrecerla de manera estandarizada.
La terapia focal propone tratar el cáncer de próstata con un enfoque similar al de otros cuadros malignos sólidos en órganos. El tratamiento se centra en la zona del cáncer y en los tejidos normales circundantes con el objetivo de preservar el tejido y, en consecuencia, la función del órgano. De esta manera, el riesgo de dañar los nervios, músculos, esfínter urinario, vejiga y recto vecinos puede reducirse considerablemente.
Uso de la terapia focal del cáncer de próstata
Fuentes de energía que podemos emplear en la terapia focal del cáncer de próstata:
- HIFU (High Intensity Focused Ultrasound), desarrollado a principios de 1990 por el Instituto Francés de Investigación Médica, el Hospital Universitario de Lyon y EDAP TMS. Se ha utilizado en todo el mundo de manera rutinaria durante más de 20 años en más de 40.000 tratamientos realizados en 3 generaciones de dispositivos comerciales; el Ablatherm® Maxis (1993 a 2005), Ablatherm®, integrada por imágenes (desde 2005), y focal One® (desde 2013), para tratar el cáncer de próstata mediante la creación de una necrosis de coagulación precisa e irreversible del objetivo tejido mientras que preserva el tejido circundante.
- Crioterapia. En 1996, la crioablación de próstata dejó de considerarse experimental al ser reconocida con una opción de tratamiento para el cáncer de próstata por la Asociación Americana de Urología (AUA).
La criocirugía prostática consiste en la congelación in situ y controlada del tejido prostático con la finalidad de producir la ablación de una parte o de toda la glándula prostática para conseguir la erradicación de la enfermedad conservando la integridad de la anatómica de las estructuras vecinas. Los efectos destructivos de la criocirugía pueden agruparse en dos mecanismos: daño celular y daño vascular La criocirugía prostática consiste en la congelación in situ y controlada del tejido prostático con la finalidad de producir la ablación de una parte o de toda la glándula prostática para conseguir la erradicación de la enfermedad y al mismo tiempo conservar la integridad anatómica de las estructuras vecinas.7Los efectos destructivos de la criocirugía pueden agruparse en dos mecanismos: daño celular y daño vascular.