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Osteoporosis, la enfermedad silenciosa

Osteoporosis, la enfermedad silenciosa

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 20/11/2018

La osteoporosis es una enfermedad generalizada del hueso, caracterizada por la disminución de la masa ósea y alteración de su microestructura, de manera que los huesos se vuelven más porosos, aumenta el número y el tamaño de las cavidades o celdillas que existen en su interior, y esto provoca fragilidad del mismo y aumento del riesgo de fracturas.

 

Masa ósea y calidad ósea, factores de la fractura del hueso

En el interior del hueso se producen, durante toda la vida, numerosos cambios metabólicos, alternando fases de destrucción y de formación. Estas fases están reguladas por distintas hormonas, la actividad física, la dieta, los hábitos tóxicos y la vitamina D, entre otros factores. En condiciones normales, una persona alcanza una cantidad máxima de masa ósea, lo que llamamos “pico de masa ósea”, a los 30-35 años. A partir del momento en que se adquiere el valor pico, existe una pérdida natural de masa ósea, que suele ser lenta y dura el resto de la vida.

El pico de masa ósea es quizá el condicionante más importante de la salud esquelética del resto de la vida. En la consecución del pico de masa ósea juegan un papel predominante los factores genéticos; en menor medida, también influyen factores nutricionales (esencialmente la ingesta de calcio), factores hormonales (pubertad, menopausia, insuficiencias gonadales) y el grado de ejercicio físico.

La calidad ósea hace referencia a aquellos factores esqueléticos diferentes de la masa ósea que también intervienen en la producción de la fractura de huesos. Los más importantes son:

  • La forma (longitud y angulación del cuello femoral) y la microarquitectura del hueso (porosidad cortical, conexión entre las trabéculas, anomalías en el colágeno de la matriz)
  • El grado de remodelación
  • El daño acumulado en el hueso (microfracturas por fatiga)
  • La mineralización

Todos estos factores son muy importantes en la resistencia del hueso. Sin embargo, no disponemos de pruebas objetivas para medir la calidad del hueso en la práctica clínica.

 

Los síntomas de la Osteoporosis

A la osteoporosis se la llama “enfermedad silenciosa”, porque no aparecen síntomas hasta que el hueso se ha debilitado tanto que se produce una fractura, siendo las más frecuentes a nivel vertebral, en caderas y en muñecas, aunque pueden aparecer en cualquier localización. Una característica fundamental de estas fracturas es que se producen de forma espontánea (sin traumatismo previo), o con un traumatismo leve que no produciría fractura en condiciones normales.

El dolor aparece cuando se produce la fractura. Pero es importante conocer que algunas fracturas vertebrales pueden ocurrir sin síntomas y pasar desapercibidas, descubriéndose cuando se hace una radiografía.

Dependiendo de la localización de la fractura, además del dolor pueden aparecer otros síntomas como deformidad, tumefacción, compresión nerviosa, rotura vascular, etc.

La fractura de cadera tiene especial importancia ya que requiere intervención quirúrgica, ingreso hospitalario y supone para el paciente una pérdida de calidad de vida, aunque sea por un periodo corto de tiempo.

 

Osteoporosis en mujeres menopáusicas

La osteoporosis afecta principalmente a mujeres después de la menopausia, aunque también se puede presentar antes de la menopausia, o afectar a hombres, adolescentes e incluso niños, aunque en estos casos suele estar asociada a otras enfermedades o a sus tratamientos, por ejemplo: corticoides, antiepilépticos, hipertiroidismo, problemas de malabsorción o enfermedades hepáticas; lo que se conoce como osteoporosis secundaria.

En el caso de las mujeres, en primer lugar, su pico de masa ósea es menor que en los varones, a lo que se suma que cuando llega la menopausia, al cesar la producción de hormonas sexuales femeninas por el ovario, en algunas mujeres se produce una pérdida más acelerada y rápida de hueso, y como consecuencia aparece la osteoporosis posmenopáusica.

Además, existen otros factores de riesgo como el consumo de tabaco y alcohol, el bajo peso, el antecedente de familiares con fracturas osteoporóticas o el tratamiento con glucocorticoides, entro otros, que hay que tenerlos en cuenta para valorar el riesgo de fractura en un paciente con osteoporosis.

osteoporosis y menopausia
La osteoporosis afecta sobre todo a mujeres en la menopausia
 

La osteoporosis ¿Se puede prevenir?

Para prevenir la osteoporosis y sus consecuencias (las fracturas) tenemos 2 pilares de actuación: las medidas higiénico dietéticas y los fármacos.

En cuanto a las medidas higiénico dietéticas, aunque el pico de masa ósea de cada persona está condicionado principalmente por su carga genética, y sobre ésta no se puede actuar, es importante concienciar a la población joven, especialmente femenina, de que ingieran en la adolescencia y la juventud una cantidad adecuada de calcio. También que realicen un ejercicio físico correcto y que supriman hábitos nocivos, como el alcohol y el tabaco, con el fin de que obtengan una buena cantidad de masa ósea, es decir, que el “pico de masa ósea” sea lo mayor posible, pues va a ser el capital óseo que se va a tener para el resto de la vida.

La cantidad necesaria de Calcio varía con la edad, siendo las necesidades más altas en las etapas de crecimiento y en la menopausia. En la menopausia se requiere una ingesta de Calcio de 1.000 a 1.500 mg al día. Esta ingesta se puede realizar con alimentos naturales ricos en calcio (sobre todo la leche y sus derivados) o con suplementos en forma de medicamentos (sales de calcio). En este último caso deberá existir un control de su médico sobre la cantidad y la pauta de administración.

De igual manera, la vitamina D es una sustancia fundamental para el hueso. El contenido en vitamina D de la mayoría de los alimentos, con excepción de algunos pescados grasos, es muy bajo; fundamentalmente, el aporte de vitamina D al organismo se consigue a través de la piel; si hay una baja exposición solar, deberá recurrirse a los suplementos para asegurar los requerimientos diarios.

 

Densitometría, analítica y radiografía para el diagnóstico de osteoporosis

Aunque sea una enfermedad silenciosa, actualmente los reumatólogos cuentan con un gran abanico de herramientas para su diagnóstico precoz y así adaptar el tratamiento, bien para prevenir la pérdida de masa ósea o para combatir la osteoporosis.

La densitometría es la técnica utilizada para valorar la densidad mineral ósea, pero ésta no es suficiente para llegar al diagnóstico, pues también hay que valorar los distintos factores de riesgo que presenta el paciente, como son los medicamentos que toma, antecedentes familiares, hábitos tóxicos, presencia de alguna fractura osteoporótica, índice de masa corporal, entre los más importantes.

También se debe realizar una analítica básica para detectar alguna posible alteración en el metabolismo del calcio, determinando calcio, fósforo, vitamina D, la hormona PTH…

Así mismo, es muy importante determinar si existe alguna fractura vertebral asintomática, para lo que se debe realizar una radiografía de columna dorsolumbar.

Existen otras pruebas complementarias, que habrá que individualizar en cada paciente.

 

Tratamiento para la osteoporosis: evitar las fracturas

El objetivo del tratamiento de la osteoporosis es evitar las fracturas por esta enfermedad.

El tratamiento farmacológico para la osteoporosis dependerá de varios factores como el sexo, la edad, la severidad de la enfermedad, la causa de la osteoporosis, los antecedentes clínicos y las enfermedades asociadas, entre otros:

  1. En primer lugar, hay una serie de medidas no farmacológicas encaminadas a corregir las deficiencias nutricionales, modificar estilos de vida nocivos para el hueso (no fumar, no beber alcohol, hacer ejercicio adaptado a las posibilidades del paciente), evitar las caídas y minimizar la intensidad del impacto.
  2. En segundo lugar, se debe conseguir un aporte adecuado de calcio y vitamina D, a ser posible con la alimentación, y si esto no es suficiente, con la toma de suplementos farmacológicos, siempre bajo la prescripción médica.
  3. En tercer lugar, tenemos los medicamentos que frenan la pérdida de masa ósea, y que incluso pueden incrementarla. Entre los más usados están los bisfosfonatos, el Denosumab, el raloxifeno, el tratamiento hormonal (estrógenos) y la parathormona. Todos ellos han demostrado, en mayor o menor medida, la capacidad de prevenir las fracturas vertebrales, de cadera y otros huesos largos.

Si se toman todas estas medidas podremos evitar la mayoría de las fracturas osteoporóticas, y con ello, la pérdida de calidad de vida que supondría sufrir una fractura.

Reumatología