Neuralgia del trigémino, uno de los dolores más intensos

Neuralgia del trigémino, uno de los dolores más intensos

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 16/03/2019

El nervio trigémino es el quinto de los doce pares craneales, por lo que también recibe el nombre de V par craneal. Está dividido en tres ramas:

  • - Oftálmica (V1)
  • - Maxilar (V2)
  • - Mandibular (V3)

La rama oftálmica y la maxilar tienen componente sensitivo, mientras que la mandibular también tiene una función motora (inerva el músculo masetero). Las tres ramas tienen como origen común el ganglio de Gasser, situado en la base del cráneo.

Cuando el nervio trigémino sufre un trastorno, se produce lo que llamamos neuralgia del trigémino, que afecta principalmente a personas de entre 60 y 70 años, especialmente a mujeres, aunque también se puede dar en personas más jóvenes.

 

Síntomas de la neuralgia del trigémino

Esta patología se presenta como un dolor facial muy agudo que dura unos segundos o escasos minutos en algunos casos. De hecho, en el mundo de la Unidad del Dolor, es considerado uno de los colores más intensos, aparte de afectar en gran medida a la vida cotidiana de los que la padecen, llegando a provocar altos grados de incapacidad.

Normalmente, el dolor se presenta en el lado derecho de la cara y en algunos casos se desencadena con el roce o a partir de acciones como tragar, hablar o afeitarse. Las ramas normalmente afectadas son la 2ª y 3ª.

Dado que este síntoma también puede significar alguna patología tumoral o vascular intracraneal, o esclerosis múltiples, se suele necesitar una resonancia magnética para descartarlas.

Tratamiento de la neuralgia del trigémino

Una vez diagnosticado el trastorno, la primera opción es el tratamiento farmacológico con antiepilépticos, antidepresivos o neuromoduladores e incluso opioides. El fármaco de primera línea es la carbamazepina o oxcarbacepina. No obstante, este tratamiento es ineficaz en algunos pacientes, así que hay que recurrir al método intervencionista.

En este campo, la radiofrecuencia convencional o la termocoagulación del ganglio de Gasser es el tratamiento que se suele recomendar. Consiste en acceder al ganglio por el agujero oval (en la base del cráneo) de forma percutánea, siempre en quirófano y con monitorización completa.

El paciente se coloca boca arriba, bajo sedación ligera y anestesia local, y se inserta una aguja a 2 cm de la comisura bucal. Siempre bajo guía radioscópica, se coloca la aguja en túnel-visión hacia el orificio oval, controlando la profundidad con una visión lateral.

Una vez se encuentra el agujero oval, se realiza una estimulación motora y sensorial para saber dónde colocar de forma definitiva la punta de la aguja. Tras haber asegurado la zona en el ganglio de Gasser, se anestesia al paciente y se realiza entre dos y cuatro lesiones térmicas sobre las fibras nerviosas.

Después de la intervención, el paciente se despierta y se queda ingresado en observación para comprobar que no hay complicaciones a corto plazo. Aunque la técnica es segura, siempre puede algún riesgo, entre los que destacan:

  • - Hemorragia por punción de la arteria carótida (0,2-2% de probabilidades)
  • - Debilidad del músculo masetero (10-24% de probabilidades)
  • - Parestesias (5-26% de probabilidades)
  • - Anestesia dolorosa (0,3-4% de probabilidades)
  • - Parálisis de pares craneales (0,2-6,5% de probabilidades)
  • - Parálisis ocular (0,5% de probabilidades)

Otras complicaciones que puede haber son formación de hematomas retrobulbares, hematoma facial, queratitis, alteración del reflejo corneal, dificultad de audición o rinorrea vasomotora.

Por otro lado, la tasa de mejora inmediata está por encima del 95% y el alivio total del dolor se cumple en alrededor del 80% de los casos, llegando incluso en algunos casos a retirar completamente la medicación. Aunque en el 25% de los casos puede volver a aparecer dolor, el paciente puede repetir dicho tratamiento.