Los trastornos mentales en la infancia

Los trastornos mentales en la infancia

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 19/05/2019

La mayoría de profesionales y los últimos informes de la OMS están de acuerdo en que los niños también sufren trastornos mentales. El 70 % de las enfermedades psiquiátricas de los adultos tienen su origen en la infancia y durante este periodo, ya pueden percibirse muchos de los síntomas que después afectarán en la vida adulta. 

Trastornos graves en la infancia

De los problemas emocionales que pueden sufrir los niños algunos se convertirán en TMS (Trastornos mentales severos)
Las psicosis pueden tener las fases premórbidas en la infancia y, junto a los TGD (Trastorno General del Desarrollo) y el espectro autista, son los síndromes con consecuencias más dramáticas para la evolución y  la autonomía del niño.
Entre un 4-5% de los niños pueden presentar problemas afectivos de diferente orden e intensidad
Los trastornos de conducta pueden estar asociados, en los casos más severos, a problemas de delincuencia, consumo de sustancias y dificultades para mantener una vida laboral y emocional ordenada, y para establecer lazos sociales adecuados.
El consumo de tóxicos puede estar relacionado con un trastorno psíquico de base, o en personas vulnerables, precipitarlo, el consumo de tóxicos potencia conductas de riesgo.
Los TCA (Trastornos de conducta alimentaria), como la anorexia y la bulimia, son unos de los trastornos que crean más alarma social, existiendo entre ellos múltiples gradaciones sintomáticas que van des de problemas evolutivos leves hasta trastornos dismórficos de alta gravedad.

Psiquiatrización de la vida cotidiana

Al mismo tiempo que destacamos que la infancia no está libre de TMS, también enfatizamos que existe una psiquiatrización de problemas que son intrínsecos del ser humano. Se puede así diagnosticar como enfermedad lo que sería un problema cotidiano, evolutivo, existencial o relacional.
Ser tímido, movido o desordenado no implica, simplemente por ello, tener una enfermedad, aunque si puede significar que se tiene un problema.
Se puede llegar a sobrediagnosticar problemas banales como supuestas enfermedades y, en cambio, banalizar trastornos graves.

 

Diagnostico diferencial y tratamiento

Es importante diferenciar lo que es un trastorno mental de lo que es un problema emocional. Ante los niños y adolescentes que presentan algún signo de alarma (afectivo, cognitivo o conductual) la primera tarea es realizar un diagnóstico que distinga si estamos ante un trastorno o un “problema”.
Los niños y adolescentes, que sufren o pueden sufrir un trastorno mental severo necesitan iniciar lo antes posible un tratamiento que, según los casos, puede implicar a varias disciplinas y procedimientos, (psiquiatría, psicología, terapia familiar, terapia individual, farmacología, etc.)
Asimismo los niños y adolescentes con problemas emocionales expresados en forma de síntomas afectivos o de conducta se trata de poder realizar intervenciones preventivas y terapéuticas poco invasivas.  En estos casos estaría indicado el consejo psico-educativo dirigido a los padres y/o una intervención psicoterapéutica encaminada a mejorar su capacidad para enfrentarse a las “exigencias” de la vida.