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Lactosa: eliminarla por completo de nuestra dieta tampoco es bueno

Lactosa: eliminarla por completo de nuestra dieta tampoco es bueno

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 07/06/2019

La lactosa es un azúcar presente en la leche de los mamíferos y en muchos alimentos preparados a partir de esta como el yogurt, natillas, flanes, natas, cremas y helados. Algunos platos preparados y ciertos alimentos pueden contener lactosa. Está compuesta por dos azúcares unidos, la glucosa y la galactosa. Para que puedan ser absorbidos por el intestino delgado es preciso que se separen estas moléculas.

Por otra parte, la lactasa es una enzima producida en el intestino delgado que separa la lactosa en sus dos componentes básicos (glucosa y galactosa) para su digestión por el intestino.

 

Qué es la intolerancia a la lactosa

Cuando no se dispone de la suficiente enzima lactasa en el intestino, la lactosa no descompuesta en sus componentes básicos pasa al intestino grueso y fermenta por las bacterias intestinales produciendo distensión (hinchazón) abdominal, cólicos abdominales (dolor espasmódico y tensión abdominal), meteorismo (gases o flatulencia), náuseas y en los pacientes con mucha intolerancia o ante la ingesta de gran cantidad de lactosa, se asocia con diarrea.

 

 

Cuándo se puede producir intolerancia a la lactosa

Se puede dar en bebés prematuros por inmadurez del tubo digestivo e incluso en niños antes de los 3 años. También se puede producir de forma transitoria por infecciones digestivas o alteración de la flora intestinal por ingesta de antibióticos. Y en enfermedades que lesionen el intestino delgado como la celiaquía o la enfermedad de Crohn.

En las personas adultas es bastante común y se presenta con diferente grado de forma permanente. Es más frecuente en los adultos asiáticos, africanos e indígenas americanos. En el norte de Europa es menos frecuente debido a la introducción de la leche en la dieta hace 11.000 años, cuando la humanidad empezó a ser ganadera y a ordeñar a los animales.

 

Diagnóstico de la intolerancia a la lactosa

Se puede diagnosticar clínicamente, retirando la ingesta de leche y derivados lácteos durante dos semanas y observando si mejoran los síntomas. También existen dos métodos aunque no siempre confirman el diagnóstico: la prueba de hidrógeno en el aliento y la prueba de sangre para intolerancia a la lactosa.

El método más utilizado es la prueba de hidrógeno en el aliento, que mide la cantidad de hidrógeno en el aire que se exhala. El paciente respirará sobre un globo que mide el hidrógeno que expulsa. Normalmente hay muy poco nitrógeno en nuestra respiración. Posteriormente ingerirá un líquido que contiene lactosa y realizará muestras de espiración para ver el hidrógeno que exhala. Si el intestino no puede descomponer la lactosa, los niveles de hidrógeno en el aliento incrementan y se considera positivo cuando se observa un aumento del contenido de hidrógeno en 12 partes por millón sobre el nivel inicial.

La prueba de sangre para intolerancia a la lactosa observa el aumento de la glucosa tras la ingesta de lactosa. Si aumenta más de 30 mg/dL (1,6 mmol/L) dentro de las dos horas siguientes a la ingesta de lactosa se considera normal (la lactosa ha sido separada por la lactasa en glucosa y galactosa, y por tanto, la glucosa sube en sangre). Incrementos por debajo de 20 mg/dL indica intolerancia a la lactosa. Incrementos intermedios entre 20-30 mg/dL no son concluyentes.

 

Alimentos que contienen lactosa

La reducción de los productos lácteos que contienen lactosa alivia los síntomas. Pero no es recomendable eliminar el consumo de lácteos desde el punto de vista nutricional, por ser los alimentos que contienen más calcio. Se precisa de 1000-1200 mg de calcio para mantener el estado de salud ósea en un adulto. Es necesario eliminar los alimentos lácteos que produzcan síntomas molestos y buscar los lácteos tolerados para consumirlos dentro de la alimentación.

Es recomendable leer el etiquetado de los alimentos preparados o precocinados porque pueden llevar en su composición, lactosa, leche en polvo, leche, suero lácteo o nata. Algunos yogures, sobretodo desnatados, llevan leche en polvo añadida para mejorar la textura, estos yogures contienen más lactosa.

En el siguiente apartado se muestran los valores de lactosa por cada 100 gr de alimento:

- Leche en polvo desnatada  53

- Leche condensada  12,3

- Yogur que contiene leche en polvo  4,7 – 5

- Leche de oveja  5,1

- Leche de cabra  4,5

- Leche de vaca  4,3 – 5

- Yogur  2,7

- Quesos frescos  27

- Nata  2,4

- Quesos Curados  menos de 1 o trazas

- Mantequilla  0 – 0,5

 

Productos que contienen menos lactosa

La mantequilla de leche, helado, malteadas y quesos curados o duros, algunos yogures que no contengan leche en polvo, leche y productos lácteos deslactosados (sin lactosa), leche de vaca tratada con lactasa para niños mayores y adultos, fórmulas de soja para bebés menores de dos años, leche de soja o de arroz para niños pequeños.

 

Qué puede hacer una persona si toma productos con lactosa aunque no le sientan bien

Se pueden agregar enzimas de lactasa a la leche normal o también puede tomarlas en cápsulas. Se venden en farmacias y un comprimido de lactasa fuerte equivale a tolerar la ingesta de un vaso de leche con lactosa.