Fibrilación auricular, uno de los tipos más comunes de arritmia

Fibrilación auricular, uno de los tipos más comunes de arritmia

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 09/06/2019

La fibrilación auricular es una arritmia en la que las aurículas se activan de manera descoordinada, como si temblaran, lo cual se traduce en una contracción no efectiva de las mismas y en un ritmo más rápido e irregular que el ritmo cardíaco normal o sinusal

La fibrilación auricular es uno de los tipos más comunes de arritmia. Su prevalencia aumenta con la edad. En España, la sufre aproximadamente un 10% de la población mayor de 70 años, aunque en ocasiones lo desconocen.

 

Tipos de fibrilación auricular

Existen tres tipos de fibrilación auricular:

  • Paroxística, que es aquella que se desencadena y cede por sí misma. Tiene una duración variable, desde segundos hasta días. Generalmente es la que más síntomas ocasiona.
  • Persistente, es la que no cesa por si sola y se requieren medicamentos u otros procedimientos para restaurar el ritmo sinusal normal.
  • Permanente, la que permanece establecida crónicamente.
La fibrilación auricular se manifiesta de forma similar a las arritmias

Fibrilación auricular: síntomas

Los síntomas de la fibrilación auricular varían mucho de una persona a otra. Hay personas, incluso, que no padecen ningún síntoma. Los síntomas también varían en función de la causa que desencadena la fibrilación auricular.

Entre los síntomas más frecuentes destacan:

  • cansancio
  • fatiga
  • sensación de falta de aire, especialmente al realizar ejercicio físico
  • palpitaciones y ritmo cardiaco acelerado (taquicardia) e irregular
  • mareos o incluso pérdida de conocimiento
  • dolor u opresión en el pecho
  • necesidad de orinar con mayor frecuencia

 

Causas de la fibrilación auricular

En ocasiones la fibrilación auricular puede presentarse en personas aparentemente sanas, sin que se pueda establecer una causa concreta. Sin embargo, en muchas ocasiones existen causas o factores de riesgo que pueden desencadenar o favorecer una fibrilación auricular.

  • Las enfermedades de las válvulas cardiacas, fundamentalmente la insuficiencia y estenosis mitral
  • La cardiopatía hipertensiva, motivada por la elevación crónica de la presión arterial
  • Tras cirugía cardiaca
  • Enfermedades coronarias • Insuficiencia cardiaca, que a veces puede ser la causa y en otras la consecuencia de la fibrilación auricular
  • Afectaciones del músculo cardiaco
  • Enfermedades del tiroides
  • Enfermedades infecciosas graves
  • Enfermedades del aparato respiratorio
  • Apnea del sueño
  • Consumo de alcohol y drogas

 

Complicaciones de la fibrilación auricular

La embolia y la insuficiencia cardiaca son dos de las complicaciones más importantes de la fibrilación auricular.

La embolia se debe a que la falta de contracción de las aurículas origina un remanso de la sangre en su interior, especialmente si están agrandadas, lo cual favorece que se formen trombos o coágulos en ellas. Si éstos se desprenden parcial o totalmente del interior de éstas, son arrastrados por la corriente sanguínea y pueden ocluir cualquier arteria.

A consecuencia de la frecuencia cardíaca rápida e irregular el corazón no trabaja adecuadamente y la irrigación de los órganos se resiente, originándose una insuficiencia cardíaca.

 

Diagnóstico de la fibrilación auricular

La fibrilación auricular no siempre presenta síntomas por lo que puede ser un hallazgo casual en una revisión médica. También puede diagnosticarse tras haber originado una complicación embólica.

El interrogatorio y el examen físico pueden orientar. El Electrocardiograma resultará definitivo cuando la arritmia estuviera presente. Realizar un registro del ECG durante 24-48 horas (Holter), orientará sobre cuál es la frecuencia cardíaca a lo largo de un día y conocer si las medidas terapéuticas utilizadas para el control de ésta son eficaces. En caso de que se sospeche una fibrilación auricular paroxística, que no se haya podido demostrar, esta prueba puede permitir descubrir episodios de arritmia, al igual que otros métodos de monitorización cardiaca.

El diagnóstico deberá completarse con estudios, para descartar las causas de fibrilación auricular antes citadas.

 

Fibrilación auricular: tratamiento

El especialista en Cardiología decide el tratamiento en función de si se conoce la causa que la ha provocado y de si ésta es tratable. Dejando aparte el tratamiento de la causa, si se conociera, los objetivos del tratamiento deben dirigirse a:

  • Prevenir la formación de coágulos o trombos en las cavidades cardiacas
  • Recuperar el ritmo cardiaco normal, cuando fuera posible
  • Control de la frecuencia cardiaca
  • Prevenir o tratar la insuficiencia cardiaca

Para la prevención de la formación de coágulos se suelen usar anticoagulantes orales, los cuales requieren controles periódicos para fijar con seguridad la dosis necesaria. Actualmente también existen otros anticoagulantes con un mejor perfil de seguridad que no necesitan controles periódicos de la coagulación. El médico establecerá la necesidad de este tipo de tratamiento en función de su beneficio frente al riesgo de que pueda producir hemorragias graves.

Un segundo aspecto es valorar la recuperación del ritmo cardiaco normal. Esto se puede conseguir mediante fármacos o bien mediante una cardioversión eléctrica. Este último tratamiento consiste en provocar una descarga eléctrica en la región precordial; es un procedimiento simple y ambulatorio que se realiza con anestesia endovenosa.

Cuando se ha conseguido suprimir la fibrilación auricular y recuperar el ritmo normal del corazón, se suelen prescribir medicamentos antiarrítmicos para evitar la recaída. También se continúa con el tratamiento anticoagulante durante el tiempo que se juzgue adecuado en función de las características de cada paciente.

Cuando no sea posible recuperar el ritmo sinusal normal del corazón o se vuelva a recaer en la fibrilación auricular el especialista optará por una estrategia terapéutica dirigida al control de la frecuencia cardíaca.

Por último, es importante mencionar los métodos invasivos como la ablación, que consiste en eliminar los lugares en que se origina la fibrilación auricular mediante la introducción de unos catéteres en el interior del corazón, que envían ondas de radiofrecuencia capaces de destruir el tejido donde se originan las señales eléctricas anormales que la desencadenan.

Cardiología