Eritromelalgia: cuando el calor y el dolor se concentran en las extremidades
Sentir calor intenso, enrojecimiento y dolor quemante en los pies o en las manos puede parecer un síntoma pasajero, pero en algunos casos es la manifestación de una condición poco frecuente conocida como eritromelalgia. Este trastorno afecta la microcirculación y los nervios periféricos, generando episodios dolorosos que pueden interferir con la vida cotidiana.
El Dr. Eduardo Rubén Guzmán, especialista en Reumatología, Alergia e Inmunología, Medicina del Dolor, Clínica Médica y Neumonología en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, explica que la eritromelalgia puede tener origen primario o secundario y requiere un enfoque multidisciplinario para su diagnóstico y tratamiento. Con una detección temprana y estrategias adecuadas, es posible aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
¿Qué es la eritromelalgia y cómo afecta la circulación y los nervios?
La eritromelalgia es un trastorno vascular y neurológico caracterizado por episodios de enrojecimiento intenso, calor local y dolor quemante en las extremidades, principalmente en los pies y las manos.
Durante una crisis, los vasos sanguíneos pequeños se dilatan de forma anormal, lo que aumenta el flujo sanguíneo en la zona y produce una sensación de ardor, acompañada de inflamación leve y malestar. Estos síntomas se deben a una disfunción en la regulación vascular y nerviosa, donde el sistema nervioso periférico se vuelve hiperreactivo ante estímulos térmicos o emocionales.
Los episodios suelen mejorar al enfriar la zona o elevar las extremidades, mientras que el calor o el esfuerzo físico tienden a agravarlos. En casos graves, las crisis pueden repetirse varias veces al día, afectando el descanso y la movilidad del paciente.
Tipos de eritromelalgia: primaria y secundaria
El Dr. Guzmán distingue dos tipos principales de eritromelalgia, cuya identificación correcta es esencial para orientar el tratamiento.
Eritromelalgia primaria
Se presenta sin una causa aparente. En algunos pacientes, se relaciona con mutaciones genéticas en los canales de sodio de los nervios (SCN9A), que aumentan la excitabilidad nerviosa y favorecen el dolor.
- Suele manifestarse desde la infancia o la adolescencia.
- Tiene una evolución crónica, con variaciones en la intensidad de los episodios.
- No se asocia a otras enfermedades sistémicas.
Eritromelalgia secundaria
Aparece como consecuencia de otras enfermedades o condiciones subyacentes, como:
- Trastornos hematológicos: policitemia vera, trombocitemia esencial o leucemias.
- Enfermedades autoinmunes o reumatológicas: lupus, artritis reumatoidea o esclerodermia.
- Neuropatías periféricas.
- Efectos adversos de medicamentos, como ciertos bloqueantes de los canales de calcio o bromocriptina.
En este caso, los síntomas suelen ser más severos y persistentes, por lo que el tratamiento debe enfocarse tanto en aliviar el dolor como en controlar la enfermedad de base.
Factores que desencadenan o agravan los síntomas
La eritromelalgia puede verse exacerbada por diversos estímulos ambientales o conductuales. Entre los principales desencadenantes se encuentran:
- Exposición al calor o ambientes cálidos.
- Ejercicio físico intenso o posturas prolongadas.
- Estrés emocional o ansiedad.
- Consumo de alcohol o comidas muy calientes.
- Uso de medias o calzado ajustado.
Reconocer estos factores ayuda al paciente a anticipar y prevenir los episodios dolorosos. El Dr. Guzmán recomienda identificar los patrones personales de aparición y adaptar las rutinas diarias para reducir las crisis.
Diagnóstico de la eritromelalgia
El diagnóstico es principalmente clínico, basado en la descripción de los síntomas y la observación directa de los episodios. No existen pruebas específicas para confirmar la enfermedad, por lo que el especialista debe descartar otras causas que puedan provocar síntomas similares.
Entre los estudios complementarios más utilizados se incluyen:
1. Análisis de sangre
Permiten evaluar los recuentos celulares y la viscosidad sanguínea, detectando posibles enfermedades hematológicas que puedan causar eritromelalgia secundaria.
2. Estudios neurológicos
Las pruebas de conducción nerviosa ayudan a identificar neuropatías o alteraciones en la sensibilidad.
3. Termografía o estudios de flujo cutáneo
Evalúan la distribución del calor y la microcirculación, confirmando los cambios vasculares típicos durante las crisis.
El diagnóstico diferencial con otras patologías —como neuropatías dolorosas, insuficiencia venosa o síndromes de dolor regional complejo— es fundamental para aplicar el tratamiento adecuado.
Tratamientos disponibles: alivio del dolor y control térmico
El tratamiento de la eritromelalgia busca disminuir la frecuencia e intensidad de los episodios, controlar el dolor y mejorar la calidad de vida del paciente. Dado que las causas pueden variar, el abordaje debe ser personalizado y progresivo.
1. Medicamentos
El manejo farmacológico incluye:
- Analgésicos y antiinflamatorios, para aliviar el dolor durante los brotes.
- Fármacos moduladores del sistema nervioso, como gabapentina o pregabalina, útiles para reducir la hiperexcitabilidad nerviosa.
- Bloqueantes vasculares o vasodilatadores (por ejemplo, aspirina o nifedipina), especialmente en casos secundarios a trastornos hematológicos.
- Tratamientos dirigidos a la causa de base, en caso de enfermedades autoinmunes o hematológicas.
En algunos casos complejos, se pueden emplear bloqueos simpáticos, infusiones intravenosas o terapias específicas para el dolor neuropático bajo control médico especializado.
2. Control térmico y medidas físicas
Mantener una temperatura corporal equilibrada es crucial:
- Evitar el calor excesivo y los ambientes cerrados.
- Enfriar suavemente las extremidades (sin hielo directo).
- Usar calzado ventilado y ropa liviana.
- Elevar los pies durante los episodios para mejorar el retorno venoso.
3. Fisioterapia y rehabilitación
La fisioterapia ayuda a mejorar la circulación y a mantener la movilidad articular. Ejercicios suaves, estiramientos y técnicas de relajación contribuyen a reducir la rigidez y la sensibilidad al calor.
4. Terapias complementarias
El manejo del estrés mediante técnicas como mindfulness, yoga o respiración controlada puede disminuir los episodios provocados por la tensión emocional.
La importancia del manejo multidisciplinario
La eritromelalgia involucra mecanismos vasculares, neurológicos y reumatológicos, por lo que un tratamiento integral requiere la colaboración de diferentes especialistas:
- Reumatólogo, para evaluar enfermedades autoinmunes o del tejido conectivo.
- Neurólogo, para estudiar las alteraciones nerviosas.
- Hematólogo, si hay sospecha de trastornos sanguíneos.
- Especialista en dolor o fisiatra, para diseñar estrategias de manejo analgésico y rehabilitación.
El Dr. Guzmán enfatiza que el enfoque multidisciplinario “permite abordar la enfermedad desde todos sus aspectos, aliviando el dolor físico, reduciendo el impacto emocional y mejorando la funcionalidad del paciente”.
Hábitos y cuidados para mejorar la calidad de vida
Además del tratamiento médico, los hábitos diarios influyen de manera decisiva en la evolución de la eritromelalgia. Algunos consejos útiles incluyen:
- Evitar la exposición prolongada al calor o al sol.
- Usar calzado cómodo, liviano y ventilado.
- Mantener el ambiente fresco y estable.
- Practicar actividad física suave (como caminatas o ejercicios en agua templada).
- Dormir bien y mantener una hidratación adecuada.
- No automedicarse y realizar controles regulares con el especialista.
Un plan de cuidado personalizado puede reducir significativamente la frecuencia e intensidad de las crisis y permitir al paciente retomar sus actividades habituales.
Avances médicos y perspectivas futuras
Aunque la eritromelalgia es poco frecuente, la investigación actual ha identificado mutaciones genéticas y alteraciones nerviosas específicas que permiten desarrollar tratamientos más dirigidos. Se están estudiando:
- Bloqueadores selectivos de los canales de sodio mutados (Nav1.7).
- Fármacos biológicos moduladores del dolor neuropático.
- Terapias génicas en fases experimentales.
Estos avances ofrecen esperanza a los pacientes que no responden a los tratamientos convencionales y refuerzan la importancia de acudir a centros especializados en enfermedades de dolor y circulación periférica.
Recuerda que...
La eritromelalgia es un trastorno poco frecuente, pero tratado adecuadamente puede controlarse. Con diagnóstico oportuno, manejo médico personalizado y cuidado diario, muchas personas logran reducir el dolor, mejorar la circulación y recuperar una vida activa.
Si experimentás calor, enrojecimiento o dolor quemante en los pies o manos, consultá con un especialista en reumatología o medicina del dolor.
El Dr. Eduardo Rubén Guzmán, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ofrece un enfoque integral basado en el diagnóstico preciso, la atención humana y la aplicación de terapias médicas actualizadas para mejorar tu bienestar y salud circulatoria.