La Endoscopía de Columna es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que permite tratar diversas patologías de la Columna mediante una pequeña incisión, de aproximadamente 8mm, y el uso de un endoscopio.
Se recomienda para casos de Hernias Discales, Estenosis Foraminal, Compresiones Nerviosas y Canal Estrecho, especialmente en pacientes que no responden al tratamiento conservador.
Diferencias entre la Endoscopía de Columna y la Cirugía Tradicional
La principal diferencia entre la Endoscopía de Columna y la Cirugía Tradicional está en lo poco invasiva que es la primera. Mientras que la Cirugía Convencional requiere abrir más tejido y separar músculos para llegar a la columna, la Endoscopía se realiza a través de pequeñas incisiones, utilizando una cámara y herramientas especiales.
Esto genera mucho menos daño en los tejidos, lo que se traduce en menos dolor después de la operación, menor riesgo de infección y una recuperación significativamente más rápida.
Además, en algunos casos la Endoscopía puede hacerse con sedación y anestesia local, sin necesidad de anestesia general, lo que también reduce riesgos, especialmente en pacientes mayores o con otras enfermedades.
Tipos de patologías de la columna pueden tratarse mediante Endoscopía
La Endoscopía de columna se puede utilizar en el tratamiento de:
- Hernias de Disco (Lumbar, Torácica o Cervical)
- Estrechez Foraminal
- Estrechez de Canal Medular
- Síndrome facetario
- Quistes Sinoviales
- Neuralgias por Atrapamiento
¿Cómo se realiza el procedimiento de Endoscopía de Columna y qué técnicas se utilizan?
Durante el procedimiento, se introduce un endoscopio por una incisión de unos pocos milímetros, guiado por Radioscopía. Se utilizan técnicas como la transforaminal y la interlaminar, dependiendo de la localización de la patología.
El cirujano visualiza en tiempo real y utiliza instrumentos especializados a través del endoscopio para extraer el tejido patológico o liberar estructuras comprimidas.
Beneficios de la Endoscopía de Columna en términos de recuperación y resultados
Uno de los grandes beneficios de la Endoscopía de Columna es lo bien que se tolera la recuperación. Como se trata de una Técnica Mínimamente Invasiva, muchos pacientes pueden volver a su casa el mismo día o al día siguiente.
El dolor después de la cirugía suele ser mucho menor que en una operación tradicional, al igual que el sangrado y el uso de analgésicos. Todo esto permite un regreso más rápido a las actividades habituales, incluido el trabajo.
Además, al afectar menos los tejidos, las complicaciones son menos frecuentes, lo que hace que el procedimiento sea seguro y confiable en manos experimentadas.
Riesgos o complicaciones de la Endoscopía de columna
Aunque la Endoscopía de Columna es una técnica segura, como toda cirugía tiene ciertos riesgos. Puede haber sangrado o formación de hematomas en la zona operada. Las infecciones son poco comunes, pero pueden ocurrir.
En casos raros, existe el riesgo de dañar un nervio cercano, aunque esto se minimiza con la experiencia del cirujano y el uso de tecnología adecuada.
También puede suceder que los síntomas no mejoren si la causa real del dolor no fue completamente resuelta durante la intervención. Por eso, una correcta indicación y planificación son claves para el éxito.
Cuidados postoperatorios tras una Endoscopía de Columna
Después de una Endoscopía de Columna, la recuperación suele ser rápida, pero es importante seguir algunos cuidados básicos. Durante los primeros días se recomienda hacer reposo relativo, sin permanecer en cama, pero evitando esfuerzos o movimientos bruscos. Si hay molestias, pueden indicarse analgésicos o antiinflamatorios.
En general, no se necesita rehabilitación intensiva, aunque en algunos casos el médico puede sugerir sesiones de kinesiología para acompañar la recuperación. Lo fundamental es seguir las indicaciones del equipo médico y retomar la actividad de forma gradual.
Avances recientes en la Endoscopía de Columna
En los últimos años, la Endoscopía de Columna ha evolucionado gracias a importantes avances tecnológicos que han mejorado su precisión y seguridad. Entre ellos se destacan las cámaras de alta definición, que permiten una visualización mucho más clara del campo quirúrgico, y los sistemas de navegación por imagen, que guían al cirujano con gran exactitud durante el procedimiento.
También se han desarrollado instrumentos más finos y ergonómicos, lo que permite trabajar con incisiones mínimas y menor agresión a los tejidos. Además, la incorporación de asistencia robótica y realidad aumentada en algunos centros ha elevado la precisión en cirugías complejas.
Gracias a estos avances, hoy es posible tratar con éxito una mayor variedad de patologías con esta técnica, logrando mejores resultados y una recuperación más rápida para el paciente.