El glaucoma, una enfermedad silenciosa

El glaucoma, una enfermedad silenciosa

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 02/06/2019

 

¿De que manera el glaucoma afecta al ojo?

El glaucoma es una enfermedad en la que se producen lesiones de fibras y células nerviosas de la retina, dando lugar a pérdida visual. De los distintos tipos, el glaucoma crónico es el más frecuente, al que nos referimos habitualmente y del cual nos vamos a ocupar hoy. Su incidencia preferentemente suele ser a partir de los 40 años de edad, si bien en ocasiones puede aparecer antes.


glaucomaEs una enfermedad que podemos llamar silenciosa, puesto que no muestra ningún síntoma. En realidad, es una patología en la que el principal protagonista es el humor acuoso, un líquido que se encuentra dentro del ojo, y que constantemente se está produciendo en una parte y eliminándose por otra. De este equilibrio entre producción y eliminación, se produce un tono ocular determinado y fisiológico, es la llamada tensión ocular. Cuando este equilibrio se altera, normalmente por déficit en la evacuación, es decir, “se obstruye el drenaje”, se produce una elevación de la tensión, llamada hipertensión ocular. Como ejemplo, podríamos decir que si se tratase de un globo, éste se iría hinchando poco a poco, hasta explotar, hecho que lógicamente no puede ocurrir en los ojos, porque sus paredes no son distensibles, sino rígidas y el resultado es un daño de las estructuras internas oculares. Esto trae como consecuencia alteraciones en el campo visual, que si se mantiene en el tiempo pueden llegar a la ceguera. Las lesiones del campo visual afectan a zonas de dicho ámbito que no son centrales, sino más bien entre los 5 y 15 grados, así como a la periferia del mismo, por lo que los enfermos al no alterarse la visión central, no notan el problema puesto que ven bien hasta las últimas etapas de la enfermedad, en que acaban perdiendo también esta visión central.

 

¿En qué consiste su tratamiento? 

El glaucoma se puede tratar médica y quirúrgicamente. El tratamiento médico, que es con el que se inicia esta terapéutica, se realiza con colirios tópicos, que bajan la tensión ocular. Inicialmente habían pocos preparados efectivos para ello, sin embargo, afortunadamente, hoy día disponemos de un importante arsenal terapéutico que facilita nuestro trabajo. Pero cuando a pesar de ello no conseguimos nuestro objetivo, queda como alternativa el tratamiento quirúrgico. Dentro de este último, se encuentran los procedimientos filtrantes, los dispositivos de drenaje, las válvulas e incluso el tratamiento con láser. En cualquier caso el tratamiento debe de ser lo más precoz posible, ya que las lesiones que produce esta enfermedad son irreversibles, es decir lo que ya se ha perdido no se puede recuperar.                     

 

¿Cómo se puede detectar la afección de glaucoma en el ojo?

La única forma de detectar el glaucoma es mediante un estudio oftalmológico. La toma de tensión ocular es el primer dato que nos puede orientar hacia su diagnóstico. A esto habría que añadir el estudio del fondo de ojo, con la valoración de la papila (nervio óptico) y realizar un campo visual, que es la prueba que nos va a decir cuál es el estado del ojo en ese momento.

 

¿Qué consejo o recomendaciones nos puede facilitar para prevenirlo o controlarlo?

Sin duda, el cuidado del mismo. Controles periódicos de nuestra vista, acción que siempre debemos llevar a cabo con un médico oftalmólogo. No olvidemos que es una enfermedad silenciosa, el glaucoma crónico no duele y no se nota.

A veces, a consulta llegan pacientes que por desconocimiento no se han hecho nunca un estudio oftalmológico. Es posible que a todos los especialistas les haya llegado alguna vez algún paciente porque nota que aunque “ve bien”, tropieza en la calle con la gente o en casa con los muebles. Cuando se llega a esta situación la enfermedad ya lleva un importante grado de evolución e indica que existe un daño grande en el campo visual. El enfermo ve perfectamente por el centro, pero no por los lados, donde el campo se ha destruido y carece de visión. Por último, con el paso del tiempo, perderá también esta visión central. 

Por todo esto es muy importante la prevención y se podría evitar únicamente con una visita periódica al oftalmólogo, al menos una vez al año. Se debe recordar algo muy importante: el glaucoma no se cura, solamente se controla. Si un paciente glaucomatoso en tratamiento, abandonara su medicación y dejara la enfermedad a su libre evolución, con el paso del tiempo siempre terminaría en la ceguera. 

 

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Oftalmología