Cómo tratar la rosácea

Cómo tratar la rosácea

Top Doctors
La redacción de Top Doctors
Top Doctors
Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 16/06/2019

La rosácea es una enfermedad crónica que suele aparecer entre los 30 y 50 años. La Dra. Pampín, experta en Dermatología, expone en este artículo los diferentes tipos de rosácea, así como el tratamiento indicado en función de la intensidad del brote.

 

La rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que cursa en brotes que afecta fundamentalmente la zona central de la cara.

 

A qué se debe la rosácea

Las causas que la originan no están del todo claras. Existe cierta predisposición genética que conlleva una mayor reactividad de los vasos sanguíneos y también influyen factores ambientales, como pueden ser el daño solar crónico o el uso de corticoides tópicos de forma continuada. Además, el ácaro Demodex folliculorum presente en la piel puede provocar una reacción inflamatoria exagerada contribuyendo también a la aparición de la rosácea.

 

Síntomas de la rosácea

Las formas clínicas más comunes de rosácea son:

 

- Rosácea eritemato-telangiectásica: consiste en la aparición de rojez intermitente o persistente en la zona de las mejillas, la frente o el mentón, acompañada de telangiectasias o capilares dilatados.

 

- Rosácea pápulo-pustulosa: brotes de pápulas y pústulas, con lesiones similares al acné, aunque a diferencia de éste no presenta comedones.

 

- Rosácea finomatosa: se puede observar en estadíos finales y graves de la enfermedad y consiste en un engrosamiento permanente de una zona de piel afectada. Es más frecuente en varones, y la localización más habitual es la nariz (rinofima).

 

- Rosácea ocular: aparece enrojecimiento y picor en los ojos.

 

Existen además otras variantes menos frecuentes como son la rosácea granulomatosa y la rosácea fulminante.

La rosácea es una enfermedad crónica que suele aparecer entre los 30 y 50 años.

 

A quién afecta la rosácea

La rosácea puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente entre los adultos de entre 30 y 50 años. Asimismo, es más frecuente en mujeres y en personas de piel clara o fototipos bajos (I y II). Por otra parte, un tercio de los pacientes con rosácea presentan antecedentes familiares.

 

Es difícil estimar el total de población afectada, pero suele afectar a una de cada diez personas. Esta patología es más frecuente en personas del norte o este de Europa.

 

¿En qué consiste su tratamiento?

El tratamiento de la rosácea incluye una serie de medidas generales para evitar los factores desencadenantes: el frío, cambios bruscos de temperatura, calor excesivo, corticoides, alcohol, entre muchos otros. Además, es conveniente utilizar protector solar a diario, y el uso de cosméticos específicos tanto de higiene como hidratantes que incluyan sustancias vasoconstrictoras y que reduzcan la reactividad vascular.

 

El tratamiento de la rosácea debe ser seleccionado en función de su forma clínica y gravedad. En muchos casos para obtener los mejores resultados será necesaria la combinación de distintos tratamientos: tópicos, orales, fuentes de luz o quirúrgicos.

 

En casos leves se emplean tratamientos tópicos que incluyen antibióticos como el metronidazol, ácido azelaico, permetrina o ivermectina. En casos más persistentes pueden utilizarse tratamientos sistémicos como las tetraciclinas, metronidazol o isotretinoína.

 

Las terapias con luz como la luz pulsada intensa (IPL) o el láser de colorante pulsado han demostrado una reducción muy importante del eritema, la rubefacción y las telangiectasias. También se pueden utilizar procedimientos quirúrgicos en casos de rosácea finomatosa como la electrocirugía, y láseres ablativos como el láser CO2.

Dermatología