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Cirugía del pie mínimamente invasiva

Cirugía del pie mínimamente invasiva

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La redacción de Top Doctors
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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 28/05/2019

Las técnicas quirúrgicas han ido evolucionando cada vez más hacia intervenciones mínimamente invasivas que favorecen una recuperación fácil y rápida. Todo ello para adaptarse a la realidad de una sociedad especialmente activa, y a unos pacientes que no pueden permitirse perder mucho tiempo por una cirugía.

 

Patologías más comunes en los pacientes

Las más frecuentes son los juanetes y los dedos en martillo. Asimismo también se presencian algunas patologías como el pie plano progresivo del adulto o el túnel tarsiano que pueden requerir intervención quirúrgica. Debido al exceso de práctica deportiva también son recurrentes las fascitis plantares, así como lesiones del tendón de Aquiles y del tibial posterior.

 

Aplicación de la cirugía mínimamente invasiva 

La cirugía mínimamente invasiva percutánea se aplica habitualmente en las patologías del antepie como los juanetes, dedos en martillo y metatarsalgia.
También se usa para la artroscopia de tobillo y de pie, en el tratamiento de la laxitud crónica del tobillo para rupturas crónicas de ligamentos y las osteocondritis del astrágalo.

La cirugía mínimamente invasiva puede ser también un recurso para aquellos pacientes que ya han pasado por una o varias cirugías en el pie por accidentes graves.

 

Evolución de la cirugía del pie

Esta cirugía se ha adaptado a la vida moderna y a las necesidades específicas de cada paciente. A diferencia de hace 40 años, cuando las técnicas eran más incómodas y dolorosas, ahora en la mayoría de los casos, el paciente no tiene ningún dolor y puede marcharse a casa el mismo día de la intervención.
Gracias a la cirugía mínimamente invasiva y a la anestesia se puede mantener el pie dormido un día entero sin ningún tipo de consecuencia negativa.

 

Prevención de lesiones

Los especialistas en Traumatología recomiendan el uso de un calzado que proteja la planta del pie y que tenga un poco de talón. Este calzado debe proteger bien el pie dejando cierto espacio a los dedos. 

Del mismo modo, si el paciente realiza mucho deporte es conveniente el uso de plantillas ortopédicas para proteger el pie. La práctica excesiva de deporte suele motivar la aparición de lesiones, sobretodo cuando no se usa un calzado adecuado.

Ortopedia y traumatología