Escrito por: La redacción de Top Doctors
Durante los últimos años hemos desarrollado la tecnología para obtener tejido graso de la propia paciente y enriquecerlo con sus propias células regenerativas. El injerto graso enriquecido tiene dos propiedades que nos parecen importantes para reconstruir una mama que ha sido sacrificada por el cáncer. Uno es que el volumen que ese injerto genera se mantiene más y mejor, a lo largo del tiempo, más que cualquier otra tecnología hasta ahora publicada.
La otra propiedad es que afecta de una forma positiva a la piel que está previamente irradiada y le devuelve sus propiedades viscoelásticas. Gracias estas dos propiedades podemos ahora acometer reconstrucciones mucho más naturales, mucho menos agresivas, en combinación con prótesis, colgajos, etcétera y conseguir una reconstrucción más aceptada para el paciente, con una mayor calidad de vida, mejorando su forma de vestir y su autoestima.
Aumento de pecho: cirugía celular
Como técnica para mejorar la forma y el aumento de pecho también podemos utilizar el propio tejido graso de la paciente. Esto se realiza mediante una liposucción que permite obtener tejido graso suficiente e inyectarlo en el mismo procedimiento al pecho. De esta forma, conseguimos un pecho de un tacto y un comportamiento físico totalmente natural.
Corregir la mama tuberosa
Si tenemos un injerto graso que sea lo suficientemente resistente para mantener el volumen y vitalidad del pecho a lo largo del tiempo podemos corregir también la deformidad congénita de una mama tuberosa. Esto nos permite poder ir trabajando las distintas áreas de la mama que no han sido desarrolladas y, a la vez, poder recoger el pezón de una forma que no esté tan herniada como caracteriza a la deformidad tubular de las mamas.