Cinco consejos para convivir con las enfermedades mentales

Cinco consejos para convivir con las enfermedades mentales

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 25/04/2019

Las enfermedades mentales como la esquizofrenia, el alzhéimer, el párkinson o el trastorno bipolar son algunas de las más frecuentes en nuestra población. Su detección es un impacto para la salud mental del paciente y de su familia. El psiquiatra Dr. Zafra le da algunos consejos sobre cómo sobrellevar esta situación.

La detección de una enfermedad es un impacto emocional para el paciente. Apartir de ese momento la familia será un soporte fundamental para su estabilidad, para contribuir en su calma puede seguir los siguientes consejos:

 

1. La familia es un soporte indispensable para el paciente y debe quedar integrada en el abordaje terapéutico desde el inicio del tratamiento. Si la familia es conocedora de la enfermedad, se involucra de forma activa en el tratamiento y provoca que el paciente tenga un mejor pronóstico. 


2. La enfermedad en un familiar supone un cambio para todos. La familia debe hacer uso de las herramientas adquiridas durante las terapias, asumiendo parte de la responsabilidad que implica realizar las modificaciones propuestas que ayuden en el proceso de recuperación.

3. La familia y el paciente necesitan estar vinculados a los profesionales para afianzar el acompañamiento y soporte en el desarrollo de la recuperación. Es imprescindible consensuar y fortalecer los cambios adquiridos formando un único equipo con objetivos comunes.

4. La familia debe aprender a reconocer las señales de alerta y síntomas que avisan de las recaídas de la enfermedad. Tienen el deber de comunicarlo al profesional lo más tempranamente posible quien propondrá cambios terapéuticos, bien ambulatorios o bien hospitalarios, para evitar situaciones clínicas de gravedad.

5. La familia y el soporte social debe facilitar la desestigmatización, la individualización y la máxima autonomía del paciente. Siendo el objetivo final la implicación activa del paciente en actividades productivas, satisfactorias, socialmente aceptadas y gratificantes.