Cáncer de tiroides: definición, diagnóstico y tratamiento

Cáncer de tiroides: definición, diagnóstico y tratamiento

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 09/06/2019

 

¿Qué es el cáncer de tiroides y qué tipos hay?

El cáncer de tiroides es un conjunto de enfermedades tumorales que obedecen a unas características generales, histológicas, caracterizadas porque esas células se han desregulado, es decir, no tienen la regulación normal que tienen el resto de las células sanas y funcionan, digamos, de forma independiente. Existen cuatro tipos fundamentalmente. Dos muy benignos, se pueden considerar sobre todo que el primero de ellos, el cáncer papilar, es el tumor más leve, digamos con mejor pronóstico, que existe en toda la oncología y que son células que se diferencian muy poquito de las normales, avanzan muy lentamente y por eso tienen un buen pronóstico, en sí la enfermedad. Un tercer tipo se denomina cáncer medular de tiroides, tiene origen en células diferentes, unas células que segregan otra hormona, no la hormona tiroidea sino la calcitonina y tiene lugar en un porcentaje de 30 - 40% de los casos con origen familiar. Un síndrome que se caracteriza también por tener otro tipo de tumores. Por último, existiría el cáncer anaplásico, cáncer muy agresivo, que se produce por una diferenciación masiva de estas células foliculares, las células básicas del tiroides, que se da fundamentalmente en ancianos y que realmente tiene mal pronóstico pero afortunadamente se da en muy poquitos casos.

tipos cáncer tiroides
Existen cuatro tipos distintos de cáncer de tiroides
 

 

¿Cómo se diagnostica?

El cáncer de tiroides se diagnostica en general muchas veces de forma casual. El paciente suele estar asintomático y es por una revisión por cualquier otras circunstancias, una ecografía por una lesión o traumatismo cervical o por una revisión de empresa, por lo que puede llegar a diagnosticarse un nódulo en la zona central o paralela a la zona central, que es donde se encuentra el tiroides. Y en otras ocasiones es verdad que el propio paciente o alguien puede ver cómo protuye una formación o uno puede palparse una zona nodular. Otras veces, mucho más raramente, se puede diagnosticar por complicaciones de un cáncer agresivo, que puede dar ronquera, alteraciones en la voz… pero son muy poco frecuentes. El diagnóstico ya definitivo se hará con una exploración clínica, una historia, y fundamentalmente mediante una ecografía y una citología, lo que se denomina P.A.F. o punción con aguja fina. Existen otras pruebas para identificar la extensión de la tumoración, pero en esencia estas son las fundamentales, que se utilizan de forma preoperatoria.

 

¿Cómo se trata el cáncer de tiroides?

En principio es un tratamiento quirúrgico. Es la base del tratamiento y lo que va a permitir la curación del paciente. Sin embargo, además de la cirugía, va a existir otro tipo de tratamiento que debe de realizarse en algunos casos puede obviarse, en casos con estadíos muy poco avanzados o tumores muy pequeños, pero que en general siempre se va a dar, que va a ser el radio yodo o yodo radiactivo para completar la eliminación de todos los restos celulares que hayan podido quedar y que el cirujano no haya podido extirpar. En tercer lugar, el paciente ya dado de alta va a tener que llevar un tratamiento con hormona tiroidea sustitutoria de forma que mantenga los niveles de la hormona TSH lo más bajo posibles. Por último, el seguimiento global del tratamiento será por parte fundamentalmente de su endocrinólogo, también por parte del cirujano endocrino de forma que haya una valoración de algún marcador tumoral como puede ser la tiroglobulina o control ecográfico o mediante resonancia nuclear magnética para ver cómo evoluciona la zona intervenida.

 

¿La cirugía puede ser realizada por cualquier cirujano general?

En principio las cirugías complejas que implican dificultades técnicas y pronósticos dudosos, como en cualquier parte de la cirugía del cuerpo humano, deben ser realizadas por expertos. En principio debería ser realizada por un cirujano con alta formación anatómica y quirúrgica en cirugía cervical y el objetivo de ello es evitar las complicaciones y las secuelas quirúrgicas derivadas de lesiones de glándulas paratiroideas, de nervios o de vasos importantes que se encuentran en la región cervical y, por otra parte y fundamental, para una correcta y completa extirpación de los ganglios linfáticos. Ganglios linfáticos que van a determinar un pronóstico y una evolución de esta enfermedad y que debe de ser realizado de forma correcta y total si es posible en una primera intervención.

Cirugía General