Cáncer de ovario: importancia del diagnóstico y tratamiento precoz

Cáncer de ovario: importancia del diagnóstico y tratamiento precoz

Top Doctors
La redacción de Top Doctors
Top Doctors
Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 10/06/2019

El cáncer de ovario es el quinto cáncer más común entre las mujeres, por lo que requiere especial atención. Un diagnóstico precoz será esencial: cuánto más precoz sea la detección, más alta será la posibilidad de tratarlo con éxito. Tras el tratamiento de extirpación de las masas tumorales serán necesarias revisiones periódicas, con tal de controlar y evitar la posible aparición de nuevos tumores.

 

Detección precoz del cáncer de ovario

Actualmente no existe ninguna prueba que permita detectar de forma precoz el cáncer de ovario, así como sí que ocurre con el cáncer de mama, mediante la mamografía. Por lo tanto, la detección precoz pasa por consultar a un especialista sin demora ante la aparición de síntomas que puedan hacer sospechar de tumor en un ovario.

Existen tres síntomas que merecen especial atención médica si persisten durante unas semanas y no tienen explicación aparente:

  • aumento del perímetro abdominal
  • cambios en el ritmo intestinal (tendencia al estreñimiento o a la diarrea)
  • digestiones pesadas

Al ser síntomas que se deben a trastornos digestivos, la paciente deberá acudir a un especialista en aparato digestivo. Si en la exploración no se detecta ninguna patología digestiva que dé explicación a dichos síntomas, será necesaria una consulta urgente con un ginecólogo, para comprobar si se debe o no a un cáncer de ovario. Cuanto más precoz sea la detección de cáncer de ovario más alta será la probabilidad de tratarlo con éxito.

Las mujeres que tienen diversos antecedentes de cáncer de mama u ovario en familiares de primer o segundo grado (madre, hermanas, hijas, abuelas y tías), pueden beneficiarse de una consulta a la Unidad de Consejo Genético, para evaluar si existe un riesgo elevado de cáncer de ovario y así decidir con los especialistas qué medidas se pueden abordar para reducir el riesgo.

 

Diagnóstico rápido del cáncer de ovario

cáncer de ovarios
Actualmente no existe ninguna prueba para detectar
de forma precoz el cáncer de ovario

 

Para diagnosticar el cáncer de ovario se inicia con una ecografía abdominal y transvaginal que permite visualizar los ovarios y observar la posible aparición de alguna masa sospechosa de tumor.

Asimismo, una analítica de sangre aporta información adicional, ya que muestra si existe algún parámetro alterado que indique la presencia de tumor.

En los casos en que la ecografía y el análisis de sangre confirmen la sospecha de cáncer, es necesario realizar una biopsia, que consiste en extraer una muestra de células del posible tumor para analizarlas. Dicha biopsia, que se lleva a cabo mediante laparoscopia, confirmará o descartará la presencia de cáncer de ovario.

El circuito de diagnóstico rápido permite reducir a una semana el tiempo medio entre la primera consulta por sospecha de cáncer de ovario y el inicio del tratamiento.

 

Tratamiento personalizado para abordar y extirpar el cáncer de ovario

El tratamiento del cáncer de ovario se fundamenta en la extirpar quirúrgicamente todas las masas tumorales que pueda haber en el abdomen, acompañada, en la mayoría de los casos, de un tratamiento con quimioterapia que dura cuatro meses.

En la intervención se requiere extirpar:

  • los ovarios
  • el útero
  • los ganglios pélvicos y paraaórticos
  • el omento (acúmulo de grasa abdominal propenso a albergar pequeñas masas tumorales)
  • los implantes tumorales que pueda haber en el peritoneo

Se trata de una cirugía compleja con una duración media de seis horas, por lo que tiene que ser llevada a cabo por un cirujano especializado en oncología médica y en este tipo de intervención.

Cuando se ha finalizado el tratamiento se sigue la evolución de la paciente mediante revisiones oncológicas periódicas: cada tres meses durante los tres primeros años y cada seis meses durante el cuarto y quinto año. Dichas revisiones incluyen una prueba de diagnóstico por imagen de la zona pélvica y abdominal, así como un análisis de sangre exhaustivo para verificar que no hayan aparecido nuevos tumores.

Cabe destacar que las revisiones oncológicas deben complementarse con revisiones ginecológicas cada seis meses durante los cinco primeros años por parte de un ginecólogo especializado en oncología para explorar la zona afectada.