El Cáncer Colorrectal es una enfermedad que se desarrolla en el colon o el recto, las porciones finales del tracto digestivo.
Su aparición es frecuente en adultos mayores, aunque puede presentarse en personas más jóvenes. Comprender sus causas, síntomas, métodos de diagnóstico y tratamientos disponibles es clave para detectarlo a tiempo y mejorar el pronóstico.
¿Qué es el Cáncer Colorrectal?
El Cáncer Colorrectal se origina a partir del crecimiento descontrolado de células en el colon o el recto. La mayoría de estos tumores malignos son Adenocarcinomas, es decir, se desarrollan a partir de las glándulas que producen mucosidad en el revestimiento interno del intestino. Más del 90 % de los casos pertenecen a este tipo.
Generalmente, el desarrollo del Cáncer es precedido por la formación de pólipos, que son tumores benignos en la capa interna del colon o el recto. Con el tiempo, algunos de estos pólipos pueden transformarse en cáncer.
Epidemiología y frecuencia
A nivel mundial, el Cáncer Colorrectal ocupa el tercer lugar en incidencia entre hombres y mujeres, después del Cáncer de Pulmón y de Mama. En España, sin embargo, fue el tumor más diagnosticado en 2019 en ambos sexos. Además, representa una de las principales causas de mortalidad por Cáncer, solo superado por el cáncer de pulmón en hombres y el de mama en mujeres.
La mayoría de los diagnósticos se realizan en personas mayores de 60 años, aunque no se excluye su aparición en edades más tempranas.
Factores de riesgo del Cáncer Colorrectal
Existen factores no modificables y relacionados con el estilo de vida que aumentan la probabilidad de desarrollar esta enfermedad:
Factores no modificables
- Edad: el riesgo aumenta significativamente a partir de los 50 años
- Antecedentes personales: haber tenido pólipos o enfermedad inflamatoria intestinal
- Antecedentes familiares: uno de cada cinco pacientes tiene familiares con esta enfermedad
- Síndromes hereditarios: entre el 5 % y 10 % de los casos se deben a defectos genéticos hereditarios
- Origen étnico: personas de raza negra presentan mayores tasas de incidencia y mortalidad
- Diabetes tipo 2: compartiendo factores de riesgo como obesidad o inactividad
Estilo de vida y hábitos
- Consumo elevado de carne roja y procesada
- Inactividad física
- Obesidad
- Tabaquismo
- Consumo excesivo de alcohol
El cambio en los hábitos alimentarios y un estilo de vida saludable han demostrado disminuir tanto la incidencia como la mortalidad de este tipo de cáncer.
Síntomas del Cáncer Colorrectal
En las etapas iniciales, esta enfermedad puede ser asintomática, lo que refuerza la importancia de la detección precoz. Cuando aparecen, los síntomas pueden incluir:
- Sangre en las heces (roja o negra)
- Cambios en los hábitos intestinales (diarrea, estreñimiento, cambio en la forma de las heces)
- Dolor o malestar abdominal persistente
- Fatiga prolongada
- Pérdida de peso sin causa aparente
- Anemia por deficiencia de hierro
Estos síntomas no siempre indican Cáncer, pero su persistencia debe motivar una consulta médica inmediata.
¿Cómo se diagnostica el Cáncer Colorrectal?
El diagnóstico puede iniciarse a partir de síntomas o como parte de un programa de detección. Las pruebas más comunes son:
Estudios iniciales
Entre los estudios iniciales del Cáncer Colorrectal se encuentran:
- Antecedentes médicos y examen físico
- Análisis de sangre: detecta Anemia o Marcadores tumorales (como el antígeno carcinoembrionario, ACE)
Pruebas específicas
- Colonoscopía: permite visualizar directamente el colon y extraer pólipos o tomar biopsias
- Endoscopía: técnica similar usada para examinar el intestino grueso
- Estudios por imágenes: como tomografía computarizada (TAC), resonancia magnética (RMN) y ecografía
- Pruebas de detección temprana: sangre oculta en heces o prueba de ADN en heces
Tratamiento del Cáncer Colorrectal
El tratamiento depende del estadio de la enfermedad, la localización del tumor y el estado general del paciente. Suele combinar varias modalidades terapéuticas:
Cirugía
Es el tratamiento principal en la mayoría de los casos:
- Polipectomía: extirpación de pólipos en etapas iniciales
- Resección segmentaria: extirpación del segmento afectado del intestino
- Hemicolectomía derecha o izquierda: resección de una porción mayor del colon, con ganglios linfáticos
- Colostomía o ileostomía: en casos avanzados o con complicaciones, se desvía el tránsito intestinal a través de una estoma, de forma temporal o permanente
Quimioterapia
Se utiliza sola o combinada con otros tratamientos, especialmente en etapas avanzadas o como terapia adyuvante. Los fármacos más usados son:
- 5-fluorouracilo (5-FU)
- Capecitabina
- Irinotecán
- Oxaliplatino
Estos medicamentos pueden administrarse por vía oral o intravenosa y tienen diversos efectos secundarios como náuseas, fatiga, anemia, diarrea y alteraciones dermatológicas.
Terapias dirigidas y biológicas
Estos tratamientos atacan características específicas de las células tumorales. Incluyen:
- Bevacizumab (antiangiogénico)
- Cetuximab y Panitumumab (anti-EGFR)
- Regorafenib y Aflibercept (inhibidores de tirosina quinasa)
Radioterapia
Principalmente usada en el Cáncer de Recto, puede aplicarse antes o después de la cirugía. Su objetivo es reducir el tamaño del tumor o prevenir recurrencias. A menudo se combina con Quimioterapia (Quimiorradioterapia).
Efectos secundarios del tratamiento
Los tratamientos pueden generar efectos adversos físicos y emocionales. Algunos de los más comunes incluyen:
- Cansancio persistente
- Alteraciones digestivas (diarrea, náuseas, estreñimiento)
- Pérdida de apetito o peso
- Problemas de piel o mucosas
- Cambios emocionales (ansiedad, depresión)
- Problemas urinarios o sexuales (especialmente tras radioterapia pélvica)
El acompañamiento médico y psicológico es esencial durante y después del tratamiento para mejorar la calidad de vida del paciente.
Seguimiento después del tratamiento
El seguimiento médico tiene como objetivos:
- Detectar posibles recurrencias
- Controlar efectos adversos del tratamiento
- Brindar apoyo médico y psicológico
El protocolo suele incluir:
- Revisión médica cada 3 a 6 meses durante los primeros 3 años
- Colonoscopias regulares
- Medición de marcadores tumorales (como el ACE)
- Estudios por imágenes (TAC, ecografía) en casos de alto riesgo
Un seguimiento adecuado puede marcar la diferencia en la evolución del paciente a largo plazo.
El Cáncer Colorrectal es una enfermedad frecuente pero potencialmente prevenible y tratable, especialmente si se detecta a tiempo. La concienciación sobre sus factores de riesgo, síntomas y pruebas de detección puede salvar vidas. Ante cualquier señal de alarma o como medida preventiva, es fundamental consultar al médico y seguir los controles periódicos recomendados.