Escrito por: La redacción de Top Doctors
Hasta finales del siglo pasado, cuando una mujer presentaba un cáncer de mama se sometía a una cirugía para extirpar todos los ganglios linfáticos axilares del mismo lado, porque se consideraba que podían facilitar la propagación del tumor. Pero en la década de los 90 se descubrió lo que se conoce como ganglio centinela, que es un nivel ganglionar que separa los ganglios de la mama del resto de ganglios axilares. Si el ganglio centinela está libre de células tumorales, el resto de ganglios axilares también lo estarán.
Fue durante esos años cuando se comenzó a realizar en España la biopsia selectiva de ganglio centinela, que consiste en localizar este nivel ganglionar, intervenir mediante Cirugía general sobre los ganglios que lo forman y analizar si contienen o no células tumorales, antes de plantearse extirpar el resto de ganglios axilares.
¿Cómo se localizan los ganglios centinela?
Existen varios métodos para localizar ganglios centinela. Entre ellos, hay dos técnicas que se pueden usar combinadas o por separado, y que tienen un gran índice de seguridad para el paciente.
Se trata, por un lado, de la inyección de un colorante que se inyecta en la mama justo antes de la intervención. Este colorante tiñe los ganglios centinela y facilita que el cirujano pueda distinguirlos del resto y extirparlos. Por otro lado se puede inyectar también una sustancia con trazos de radiactividad, que permite identificar los ganglios centinela igualmente, para que el cirujano pueda intervenir sobre ellos.
Este último método requiere que intervenga un médico nuclear, y que se realice una linfogammagrafía después de inyectar la sustancia radiactiva y antes de la intervención.
¿A quiénes se realiza la técnica de ganglio centinela?
La biopsia selectiva de ganglio centinela se realiza en mujeres que padecen un cáncer de mama y que se van a someter a una intervención, pero en las que no existe ninguna evidencia que las células tumorales hayan alcanzado los ganglios axilares. Mediante una ecografía se estudia si existen ganglios sospechosos y, en caso que así sea, se analizan en una biopsia. Si los resultados son negativos, la paciente puede ser una buena candidata para la intervención del ganglio centinela.
Complicaciones de la extirpación del ganglio centinela
Todas las intervenciones suponen algún riesgo, y lo mismo ocurre en este caso. Pero debido a lo simple de la cirugía y a su carácter poco invasivo, las posibles complicaciones derivadas de la operación son mínimas.
Aun así, existe la posibilidad que la paciente sufra una infección de la herida quirúrgica o que aparezca algún hematoma. También puede ocurrir que se acumule líquido linfático, un ligero linfedema, retracciones cicatriciales, alergia a alguno de los componentes del método y molestias o sensación de tirantez axilar, entre otros.
Todas estas posibles complicaciones son mucho más infrecuentes que los efectos que produciría extirpar todos los ganglios axilares.