Artroscopia, la técnica menos agresiva para operar articulaciones

Artroscopia, la técnica menos agresiva para operar articulaciones

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 16/05/2019

Una artroscopia es una técnica quirúrgica consistente en operar dentro de una articulación a través de pequeños orificios (llamados portales). Se incluyen, entre otras muchas técnicas, dentro de la llamada ‘cirugía mínimamente invasiva’, junto a la CPRE (Colangiopancretografia Retrógrada Endoscópica) o la neuroendoscopia.

Proceso

En el preoperatorio, antes de empezar la intervención se anestesia al paciente -tanto de forma general, regional o local-, para evitar que pueda sentir dolor alguno. Tras este primer paso, el doctor desinfecta el exterior de la articulación sobre la que se realizará y se cubrirá la zona con una sábana quirúrgica.

Las artroscopias en sí se realizan introduciendo (a través de uno de los portales) en la articulación una cánula que lleva incorporada una cámara y una luz y operando a través de los otros orificios. Una vez terminada, se extraen los instrumentos utilizados y se cierran las incisiones con puntos de sutura.

A pesar de que al principio sólo se realizaban en la rodilla, dada su condición de articulación más grande en el cuerpo humano, en la actualidad pueden realizarse en cualquier articulación del cuerpo, aunque las más frecuentes son la artroscopia de hombro, de cadera y de rodilla.

artroscopia rodilla
A pesar de que al principio solo se realizaban en la rodilla, ahora las artroscopias se emplean también en otras articulaciones como el hombro o la cadera
 

Para el tratamiento postquirúrgico, se recomienda al paciente reposo de la articulación que ha sido intervenida y elevarla, así como aplicar hielo sobre ella. Habrá que realizar un vendaje sobre la zona para inmovilizarla y evitar que se moje (tanto el vendaje como la herida).

Las ventajas de la artroscopia

Los resultados que se obtienen de ella son muy positivos. Casi cualquier patología articular puede tratarse por artroscopia (incluso algunas fracturas) con la ventaja de ser poco agresiva para el paciente, acelerando el alta hospitalaria y su recuperación e incorporación a la vida social. Además, el tamaño pequeño de los instrumentos que se utilizan para realizar las incisiones hace que las cicatrices sean menos importantes y se minimicen los efectos colaterales de este tipo de cirugía.