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Angulación de las rodillas, una preocupación habitual para los padres

Angulación de las rodillas, una preocupación habitual para los padres

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La redacción de Top Doctors
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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 04/05/2019

piernas niño

Una preocupación habitual de los padres es la alineación que presentan las piernas de sus hijos al mirarlas desde el frente. Esta alineación presenta distintos tipos dentro de la normalidad, encontrándonos con:

  • Piernas arqueadas, llamadas genu varo. Se produce cuando las rodillas se separan y los tobillos se juntan.
  • Rectas
  • Con forma de X, llamadas genu valgo. Cuando las rodillas se juntan y los tobillos se separan.

Esta alineación cambia a medida que el niño crece: desde el nacimiento hasta los 18 meses – 2 años lo normal es observar un genu varo. A partir de esta edad las extremidades inferiores se van alineando hasta aparecer un genu valgo que aumenta progresivamente hasta los 3 - 4 años. Posteriormente se reduce de nuevo hasta los 7 - 9 años en que el niño ya presenta la forma que se va a mantener el resto de la vida.

Al llegar al final de este proceso evolutivo la situación común es un leve genu valgo, aunque su presencia o la de uno moderado también son normales. Lo esencial no es la estética, que guste más o menos la forma de las piernas, sino las consecuencias que esta forma pueda traer en un futuro sobre las rodillas. Mientras que la forma de las piernas permita la transmisión del peso desde la cadera al tobillo y pase centrada por la rodilla, la alineación es correcta. Si esta transmisión de carga se lleva a cabo por fuera o por dentro de la rodilla, la alineación no es correcta.

En alguna ocasión la mala alineación puede tener origen en patologías como la enfermedad de Blount, enfermedades metabólicas, displasias óseas, secuelas de fracturas o infecciones.

Para que el especialista en Traumatología infantil valore si la alineación es correcta o no y si puede deberse a una patología, generalmente, es suficiente con la exploración física del niño. Es fundamental tener en cuenta la alineación que corresponde a cada edad. 
Se debe sospechar de la existencia de alteraciones si se aprecia un genu varo que persiste más allá de los 3 años y es progresivo, un genu valgo con separación de tobillos mayor de 9 cm después de los 8 - 10 años o si existe asimetría entre ambas piernas. Ante la posibilidad clínica de que exista una alineación inadecuada se realizan radiografías.

En la mayoría de los casos por lo tanto la evolución a lo largo de los primeros años de vida conduce a una alineación normal, por lo que no es necesario ningún tipo de tratamiento más que la observación periódica. Además la utilización de aparatos ortopédicos, plantillas... no consigue alterar esta evolución. En los casos en que haya una presencia de alguna patología causante de la deformidad o que el varo o el valgo sobrepasen los valores normales, el tratamiento recomendado normalmente es la cirugía.

Si el niño ya ha llegado al final del desarrollo es necesario realizar osteotomías correctoras, es decir, cortar el hueso para modificar su alineación. Ésta es una cirugía agresiva y que puede presentar complicaciones. Sin embargo, si al niño le queda todavía crecimiento suficiente se puede realizar lo que llamamos “un crecimiento guiado”, una técnica sencilla que orienta el crecimiento del hueso para que de forma progresiva corrija su alineación.

Así que antes de recurrir a tratamientos innecesarios e ineficaces los padres deben consultar al pediatra o con un especialista en Ortopedia Infantil. Lo más probable es que el hijo no necesite ningún tratamiento, pero si lo requiere es importante que no haya finalizado el crecimiento para poder corregirlo del modo más sencillo posible.

Ortopedia y traumatología infantil