Escrito por: La redacción de Top Doctors
La caída del cabello es una preocupación habitual entre hombres y mujeres, se escribe y se habla mucho sobre ello, vamos pues a aclarar algunas causas y tratamientos para despejar las dudas más comunes. Empecemos por dos de las primeras cuestiones que todos nos hacemos, si es un tema hereditario y a quién afecta más ¿hombres o mujeres? Pues bien, la calvicie común efectivamente viene condicionada por la genética y para desencadenarse requiere unas cifras altas de dihidrotestosterona en sangre, para actuar sobre los receptores que en la zona del cuero cabelludo ponen en marcha el proceso alopécico.
Las mujeres en condiciones generales, no tienen cifras altas de dihidrotestosterona, y por tanto, el proceso de alopecia no se activa con tanta facilidad. Aunque sí que las mujeres pueden experimentar una cierta caída tras el parto, y es que entonces se produce un reajuste hormonal, en el que hay una caída de las hormonas propias del embarazo que deberán ser reemplazadas por el equilibrio hormonal habitual de la mujer no embarazada.
Ya tenemos dos causas de la caída del cabello, existe también el pensamiento generalizado de que los tratamientos capilares estéticos y sus productos hacen que perdamos cabello. La realidad es que los tratamientos capilares afectan al cabello de manera muy distinta, según la composición del producto. Pero cabe aclarar que los tintes comúnmente más usados no afectan a la raíz del pelo y, por tanto, aunque algunos puedan agredir al cabello, el pelo naciente no está afectado y con el tiempo, al crecer el pelo nuevo la estructura y el aspecto de éste serán normales.
También existe la creencia que hay una caída del cabello después del verano. En este sentido, hay que recordar que el sol es inductor de alopecia, y normalmente no tomamos prevención en el cuero cabelludo. También debemos tener el cuenta que el final de verano coincide con el recambio estacional del cabello.
Aún con todo, la caída del cabello se puede evitar con un tratamiento eficaz, que será aquel que –en cada caso- contrarreste el motivo que produce la caída. La alopecia común masculina tiene tratamientos altamente eficaces, que deben mantenerse por tiempo muy prolongado, mientras que en las alopecias femeninas se debe averiguar la causa que en muchas ocasiones puede ser de tipo hormonal y corregirla.
Respecto a los tiempos de tratamientos, cuando se trata de una alopecia por desestabilización -como por ejemplo la falta de hierro-, debe tratarse hasta la normalización de la carencia. Si se trata de una alopecia androgénica, el tratamiento no tiene límite en principio ya que la alopecia androgénica evoluciona constantemente.
Igualmente el pelo siempre puede fortalecerse con nutricosméticos y productos de aplicación tópica, como por ejemplo los acondicionadores.