4 puntos clave sobre los lipomas espinales

4 puntos clave sobre los lipomas espinales

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 26/05/2019

 

¿Qué son los lipomas espinales?

Los lipomas espinales son un grupo de malformaciones congénitas, es decir que ya se encuentran presentes en el momento del nacimiento, que se engloban dentro del espectro de la espina bífida oculta.

En el lipoma lumbosacro existe un defecto de disyunción, de separación entre las distintas capas que van a cubrir la médula espinal en el embrión, de modo que se produce un acúmulo de lipoma, de tejido graso, y de tejido conectivo alrededor de la médula y de sus cubiertas.

Finalmente esto lo que produce es un anclaje de la médula espinal. Ese lipoma tracciona de la médula espinal hacia abajo, anclándolo a la piel y produciendo los síntomas típicos del lipoma lumbosacro.

 

¿Qué tipos hay?

Existen varios tipos de lipoma espinal. Lo más sencillo es clasificarlos por su localización, cervical, dorsal o lumbar, pero quizá los más interesantes son los lipomas lumbosacros, aquellos que afectan a la región baja de la columna, el cono medular. Los lipomas de cono medular son, con mucho, los más frecuentes en la clínica y también aquellos que tienden a producir sintomatología con más frecuencia.

 

¿Qué síntomas presentan?

Los síntomas de un lipoma medular son muy variables. Realmente pueden oscilar desde una ausencia total de síntomas, por lo menos en determinado periodo de la vida, hasta la aparición de síntomas más o menos complejos que pueden producirse en cualquier momento de la evolución.

Hay pacientes que ya se encuentran sintomáticos en el momento del nacimiento, con deformidades ortopédicas o debilidades en los músculos de las piernas, mientras que otros pacientes no van a desarrollar síntomas hasta muy adelante en la evolución de su vida.

Realmente cualquier síntoma que afecte a la médula espinal y sus cubiertas es posible cuando estamos ante un lipoma. Por ejemplo, en la edad adulta o en la adolescencia el síntoma más típico es el dolor lumbar. Es un dolor con características mecánicas y que típicamente se produce cuando el paciente está sentado o haciendo alguna acción de flexión o extensión del tronco.

Cuando los síntomas se presentan más temprano en la edad pediátrica pueden oscilar desde una debilidad en los miembros inferiores, con una paresia más o menos marcada de las extremidades, generalmente de los pies; deformidades ortopédicas, es decir, deformidades en la forma de los pies, que no dejan de ser una muestra de esa debilidad muscular que puede producirse por el anclaje medular, o incluso alteraciones en el control de los esfínteres.

Típicamente los lipomas más sintomáticos, es decir, los lipomas caudales o los transicionales, pueden producir debilidad en las extremidades inferiores, debilidad que puede y suele ser progresiva, pueden producir alteraciones en el control de los esfínteres, es decir, una vejiga neurógena, la capacidad para controlar la orina, o pueden producir alteraciones en forma, por ejemplo, de estreñimiento. Finalmente cuando el lipoma lleva mucho tiempo sintomático, puede dar lugar a deformidades de la columna, como escoliosis.

 

¿Cuál es su diagnóstico y tratamiento?

El diagnóstico del lipoma lumbar es generalmente sencillo. Suelen observarse abultamientos en la región lumbar, lipomas subcutáneos, desviaciones del pliegue del glúteo por ejemplo, y ocasionalmente estigmas cutáneos en forma de mancha vascular, un angioma, hoyito, o zonas de hipertricosis, de aumento de la pilosidad localizada.

Cuando estos lipomas producen síntomas es fácil detectar una debilidad de miembros inferiores, una alteración ortopédica o la presencia de estos estigmas cutáneos, que todos juntos nos van a llevar al diagnóstico.

El diagnóstico finalmente es por resonancia magnética, una resonancia magnética de la región lumbosacra, nos va a diagnosticar y a definir el tipo de lipoma y las opciones de tratamiento.

El tratamiento de los lipomas medulares, de los lipomas lumbosacros, generalmente es quirúrgico. Fundamentalmente los lipomas de tipo caudal, o los lipomas transicionales, son lipomas que consideramos de alto riesgo, de alto riesgo de deterioro. Es decir, pacientes que a lo largo de su vida pueden o van a presentar alguna de estas anomalías que veíamos previamente: debilidades musculares, pérdida de control de los esfínteres o problemas evolutivos de escoliosis.

Si bien es cierto que hay lipomas que pueden persistir asintomáticos a lo largo de toda la vida, la mayor parte de ellos van a evolucionar y a dar lugar a estos síntomas, por lo que generalmente recomendamos un tratamiento, que va a ser preventivo o profiláctico en aquellos pacientes que no tienen síntomas o aún no los han desarrollado, y que puede ser eficaz para controlar algunos de estos síntomas que ya estos pacientes hayan podido desarrollar al diagnóstico.

Neurocirugía