3 puntos clave sobre la condromalacia

3 puntos clave sobre la condromalacia

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 06/06/2019

Cuando hacemos referencia al término condromalacia, estamos hablando literalmente de un “reblandecimiento del cartílago”. Esta alteración localizada (focal) del cartílago articular se clasifica habitualmente en cuatro grados que van desde el reblandecimiento del cartílago (el más leve) a la pérdida del mismo dejando el hueso al descubierto (el más grave), pasando por estadios intermedios de fisura del mismo (superficial o profunda).

No hay que olvidar que las superficies articulares necesitan del cartílago, para permitir el deslizamiento de las mismas. Este cartílago es especialmente grueso en la rótula, puesto que cuando nos levantamos y sentamos las fuerzas transmitidas a través de la rótula pueden ser hasta ocho veces las del peso corporal y siendo todavía más importantes en actividades como la carrera o el salto.

Síntomas de la condromalacia

Habitualmente el término “condromalacia” es utilizado como un cajón de sastre para explicar los síntomas en la rodilla. Por ello, los especialistas en Medicina del Deporte preferimos hablar de dolor femoropatelar para referirnos a lo que con frecuencia se denomina “condromalacia”.

En ocasiones, los síntomas pueden ser muy diferentes, confusos y de diferente intensidad, aunque los que con frecuencia nos refieren los pacientes son:

  • Dolor: difícil de localizar y progresivo.
  • Sensación de fallo de la rodilla, referido con la expresión “se me va la rodilla”.
  • Ruidos o crujidos manifestados en ocasiones y que surgen cuando el cartílago se desgasta y se hace irregular.
  • Pequeños derrames de líquido articular que aparecen a veces y que son la respuesta a la degradación del cartílago.

 

Causas de la condromalacia

Desafortunadamente el dolor femoropatelar, el que se presenta en la zona anterior de la rodilla, aglutina muchas patologías como la displasia femororrotuliana, el síndrome de hiperpresión rotuliana externa o la inestabilidad rotuliana.

Con frecuencia se invocan distintas causas para explicar ese tipo de dolor: rodillas en valgo, es decir, giradas hacia dentro; practicar deporte de forma intermitente, el sobrepeso, el sedentarismo o la falta de musculatura extensora, entre otros.

Por desgracia no son infrecuentes los hallazgos de pequeñas alteraciones en pruebas de diagnóstico, detectadas sobre todo en resonancias, que abren las puertas a explicaciones no siempre coherentes sobre el dolor.

Sin embargo, se obvia la existencia de pequeñas alteraciones del aparato extensor que precisan de una buena exploración y un uso razonable de las pruebas complementarias.

 

Tratamiento de la condromalacia

Realizar un diagnóstico preciso es fundamental para aplicar un buen tratamiento. Partiendo de la base de que el cartílago carece de nervios y en ausencia de lesión del hueso subcondral o de una importante degradación del cartílago o sinovitis, que sí pueden dolor generan dolor, cabe destacar atribuir una parte importante de ese dolor a las estructuras blandas de la rodilla, de ahí la importancia de la exploración.

Ante este razonamiento nos encontramos que frecuentemente los analgésicos y antiinflamatorios orales, no siempre consiguen mejorías.

Desde mi punto de vista, para aplicar el mejor método éste debe estar personalizado. En este sentido, el tratamiento fisioterápico es muy importante encaminarlo con el objetivo de adquirir un equilibrio muscular entre los diversos grupos musculares, así como un tono de adecuado. Estos métodos son los que mejor protegen la articulación. Lógicamente corregir cualquier alteración biomecánica de las extremidades inferiores es prioritario.